La vitamina D es "clave para protegerse frente a la Covid-19", según una profesora de la UCAV

La vitamina D es un nutriente que está desde hace unos años en el punto de mira, y su protagonismo se ha puesto de manifiesto a lo largo de esta pandemia, "ya que es bien sabida su importancia en la salud ósea, promoviendo la absorción del calcio", según la profesora en el Grado en Nutrición Humana y Dietética en la Universidad Católica de Ávila Carolina García, que ha destacado que es "clave para protegerse frente a la COVID-19".

Esta vitamina "resulta imprescindible también para un buen estado del sistema inmune y cardiovascular", ya que, entre otras características, "es fundamental para la transmisión de los impulsos nerviosos", ha indicado en un comunicado.

Lo más relevante en la situación sanitaria actual es que "actúa como protector del sistema inmunitario ante una infección vírica o bacteriana", dado que es una vitamina que "cumple una gran cantidad de funciones fisiológicas importantes, por lo que es necesario que se encuentre dentro de sus valores óptimos".

Este foco de atención no carece de justificación según García, ya que, "además de ser importante en muchas funciones, resulta que se ha constatado la existencia de valores séricos de vitamina D por debajo de lo deseable en la población española, tanto sana cómo enferma".

"Esto podría ser debido a cambios en los hábitos en el estilo de vida del ser humano en los últimos años, y la escasez de alimentos que la contienen (o ésta se encuentra en ellos en cantidades bajas). De ahí que en los últimos meses se ha discutido el posible papel que pueda tener la hipovitaminosis D o su suplementación en el contexto de la infección por SARS-Cov-2", ha señalado.

Según explica la profesora del Grado en Nutrición Humana y Dietética, la vitamina D es realmente una prohormona y está representada por dos compuestos liposolubles (vitamina D3 o colecalciferol y la vitamina D2 o ergocalciferol", de las que la D2 proviene de alimentos, esencialmente vegetales, como las setas.

La D3 se forma en la piel de animales y el ser humano a partir de la absorción de la radiación ultravioleta por el 7-dehidrocolesterol, que está presente en productos de origen animal como los huevos, el salmón, el atún, pero también es la que se sintetiza con la radiación solar.

Ambos compuestos de vitamina D son inactivos biológicamente, por lo que al ser absorbidos sufren una serie de transformaciones para producir varios metabolitos, que son los activos y responsables de las múltiples funciones de la vitamina D en el organismo, ha añadido la experta.

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