Los ecologistas explican en un comunicado que el uso de vertederos incontrolados ha ido en aumento en los últimos años y que muchos carecen de vigilancia, lo que implica graves riesgos medioambientales y de salud. También señalan la existencia de cientos de escombreras, más pequeñas y difíciles de detectar, que "proliferan en pueblos y zonas poco concurridas, donde empresas, particulares e incluso ayuntamientos vierten sus desechos ahorrándose el coste de hacerlo en un vertedero público".

Verdemar señala que "hasta un 25% de todos los residuos terminan arrojados en terrenos no preparados y sin ningún tratamiento previo", y subraya que esto supone un peligro para la salud pública y que "las administraciones se escudan en que muchos contienen solo residuos inertes, pero con materiales de demolición y construcción, como el amianto o las cañerías de plomo, se ha demostrado que son cancerígenos.

"No hay un plan efectivo municipal que sea capaz de parar la cantidad de porquería que lanzamos despreocupadamente al medio ambiente, muchos de ellos a vertederos de este tipo", añade.

Los ecologistas apostillan que es una cuestión de interés político. "Cerrar vertederos y desplegar programas de recogida selectiva es más costoso que hacer las cosas de cualquier manera, pero es necesario para preservar el medioambiente y evitar riesgos sanitarios", concluyen.