Por encima se sitúan regiones como Andalucía, que  cuenta con 89.145 matriculados y ha vivido un incremento espectacular de 30.000 en los últimos seis años; Cataluña, con 76.941, Valencia, con 50.705; Madrid, con 47.668, y Galicia, con 32.275.

Buen porcentaje

A pesar de esta posición, la tasa de estudiantes que cursa esta formación, un 30% del total, es superior a la española, situada en el 26,6%.

La causa de este elevado porcentaje es que la FP cuenta con muy buenas salidas profesionales y sus alumnos encuentran un empleo muy pronto. La media de inserción laboral, según el estudio, muestra que el 64% de los que terminan trabaja en el plazo de seis meses.

Del total de matriculados, un 6% son extranjeros, un dato lejano al de otras regiones como Madrid, con el 16%.

Otra característica que llama la atención de la FP en Castilla y León es que es una formación para personas que, en un momento dado, abandonaron los estudios y han decidido retomarlos después de un tiempo, sobre  todo en los grados medios.

Así, un 15,5% de este alumnado ha entrado en algún ciclo a través de las pruebas de acceso, el método utilizado por aquellos que no terminaron el bachillerato ni obtuvieron ninguna cualificación. Este porcentaje es superior a la media española, situada en el 10,5% del total.

Este tanto por ciento baja cuando se habla de los ciclos de grado superior, donde sólo un 4,4% utiliza esta forma de entrar, por debajo de la medida del país, 7,9%.

Fuerte presencia femenina

La Formación Profesional está cambiando el perfil de su estudiante. Así, estos estudios tienen a feminizarse, ya que, en los últimos años, el número de mujeres supera al de hombres, sobre todo en los ciclos de grado superior. Según el estudio, esta cifra demuestra que es el género femenino el que hace mayores esfuerzos por alargar sus estudios y conseguir una mayor cualificación. A pesar de todo, las alumnas se concentran en sólo tres sectores: Sanidad, Administración e Imagen Personal.

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