Si un anuncio en la sección de clasificados de un periódico pidiera a cineastas para decidir el palmarés de un festival de cine diría algo parecido a esto: "Se busca jurado para gran festival de cine. Viaje, dietas y estancia en hotel de lujo a cargo de la organización. Imprescindible hablar idiomas, asistir a todas las proyecciones de la sección correspondiente y aguantar todo lo posible en las fiestas y recepciones de las películas a concurso".

"No he dormido nada", se lamenta Isabel Coixet cuando explica su experiencia en el jurado de este año, presidido por Tilda Swinton. La directora lamenta que "entre las películas de sección oficial y las fiestas a las que tenemos que asistir no nos queda tiempo para gran cosa".

Coixet destaca el "buen ambiente" entre los miembros del jurado, alaba su "profesionalidad" y se alegra de que los debates que han tenido acerca de las cintas a competición se han llevado a cabo en un tono distendido, sin grandes discusiones.

Parte del jurado dejó claro en la rueda de prensa que querían premiar "el cine social, comprometido política y socialmente con la realidad". Una opinión de la que Coixet quiere desmarcarse. "Ante todo el cine es arte. Si una película tiene una buena historia, está bien dirigida y es interesante puede ganar el premio aunque no sea una cinta marcadamente política", explica.

El jurado de este año ha estado compuesto por Tilda Swinton, ganadora del Oscar el año pasado por su papel de ejecutiva calculadora en Michael Clayton, Isabel Coixet, Wayne Wang, Henning Mankell, Gaston Kabore, Christoph Schlingensieg y Alice Waters ha otorgado los grandes premios por unanimidad, corroborando las palabras de Coixet sobre el buen ambiente de trabajo del jurado.

La propia Swinton se lo agradeció al director del festival, Dieter Kosslick, al que agradeció una "gran elección" para decidir a los ganadores de la 59 edición del certamen berlinés, la edición que será recordada por el triunfo de dos cintas latinas, La teta asustada y Gigante.