A media mañana, la chica acudió al hospital Mateu Orfila de la localidad menorquina de Mahón para ser intervenida. Los cirujanos y ginecólogos que la atendieron le aplicaron anestesia general para que la operación, que acostumbra a durar apenas unos quince minutos, le causara las menores molestias posibles, pero ya nunca más volvió a despertar.

Al parecer, el material médico empleado por el ginecólogo le seccionó una arteria vital, presuntamente la aorta, lo que obligó a los cirujanos de guardia del hospital de Menorca a personarse en la sala de operaciones para suturarle la herida con toda urgencia. Su actuación logró frenar la hemorragia, pero el delicado estado en que se encontraba la joven aconsejó trasladarla de inmediato hasta el hospital de Palma.

Desplazamiento en helicóptero

El gerente del Mateu Orfila, Antoni Gómez Arbona, asegura que la paciente se marchó "estabilizada"  del hospital, pero el posterior desplazamiento en helicóptero reavivó la herida. Poco antes de las tres de la tarde, Roser llegó a Palma, pero "en peores condiciones". Una hora después, fue intervenida a vida o muerte, pero había perdido tanta sangre que, a las ocho de la noche, no pudo hacerse otra cosa que certificar su defunción.

La laparoscopia es una operación quirúrgica menor que se lleva a cabo para diagnosticar cuadros abdominales que no han sido advertidos por otros medios. Se trata de un procedimiento menos invasivo y de más rápida recuperación que la cirugía abierta, pero que también acarrea cierto riesgo. De hecho, el uso de técnicas cerradas se acompaña de una mortalidad de entre el 0'05 y el 0'2%.

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