Si hay una época en la que las vacaciones de los niños no coinciden con la de sus padres, ésta es la Semana Blanca. En el presente curso las clases ordinarias se paran en los centros educativos de la provincia del 23 al 27 de febrero y, para que la conciliación laboral y familiar sea lo más llevadera posible, el 20% de los colegios públicos de Infantil y Primaria organizan campamentos urbanos.

Unos 60 centros (este curso funcionan 301 en los citados niveles educativos) abren sus puertas en el horario lectivo (9 a 14 horas) de mañana. Por tanto, unos 20.000 alumnos podrán acudir a este servicio que se organiza en las aulas y que puede incluir, según las necesidades de los padres, aula matinal o comedor. "Este periodo, junto con el de verano, es en el que más centros abren del año. La Semana Blanca no coincide con ningún periodo vacacional de los padres, por lo que tienen que buscar soluciones", recalca Marisol Luque, presidenta en Málaga de las madres y padres por la escuela pública (Fdapa).

Una parte del tiempo que los menores permanecen en las aulas, se llevan a cabo talleres lúdicos o deportivos, similares a las actividades extraescolares, pero también se imparten clases de refuerzo, de idiomas, etc. Cada centro organiza un proyecto según las necesidades y los padres lo conocen antes de apuntar a sus hijos al campamento. “Hay horas de repaso, porque muchos llevan trabajos impuestos por los profesores para esta semana. El objetivo es que los niños no tengan que hacer nada cuando llegan a casa” matiza Luque.

Entre 30 y 40 euros por la semana

Los precios de este servicio dependen de los servicios que ofrezcan y de la propia asociación de padres que la organice, pero pueden rondan entre 30 y 40 euros, y si se incluye el comedor, se deberán añadir entre 4 y 4,5 euros por día y niño. Fdapa concreta que los campamentos urbanos se organizan, sobre todo, en las zonas costeras donde residen muchos extranjeros (capital, Marbella o Mijas), ya que viven sin la ayuda de familiares cerca.