Como en un hotel de cinco estrellas, con abundante comida y extensas zonas de baño. Así se sienten las 116.000 aves que este invierno han elegido el Parque Natural de la Albufera como lugar de tránsito e invernada debido, precisamente, al clima agradable y a la disponibilidad de alimentos.

Además, parece que la fama sobre las excelencias de este exquisito alojamiento gratuito se incrementa cada año, puesto que la cifra de huéspedes de este año ha sido la más elevada de la última década, según han informado fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente. Por ejemplo, el año pasado fueron 105.000 las aves que pernoctaron en este emplazamiento.

Tanto se ha corrido la voz entre los pájaros que algunos, como las aves limícolas (que se alimentan de invertebrados presentes en el fango), han venido desde zonas tan lejanas como Holanda, Rusia, Alemania o los países escandinavos. Además, este año lo han hecho de forma mucho más masiva que en anteriores ocasiones, al alcanzar los 13.000 ejemplares, de los que 9.124 son avefría.

Sin embargo, los clientes más fieles y numerosos de la Albufera son la gaviota reidora (44.000 ejemplares), el ánade real (20.000) y el pato cuchara (11.000).

Entre las especies protegidas, destaca la llegada en los últimos años de la garceta grande. Este año se han detectado 107 ejemplares.

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