El controvertido cráneo de siete millones de años puede no ser tan humano como pensábamos

Imagen de archivo de un molde del cráneo de 'Toumai' hallado en 2001.
Imagen de archivo de un molde del cráneo de 'Toumai' hallado en 2001.
WIKIPEDIA / DIDIER DESCOUENS
Imagen de archivo de un molde del cráneo de 'Toumai' hallado en 2001.

El cráneo de primate apodado 'Toumai', de más de siete millones de años de antigüedad, sigue dando que hablar casi 10 años después de su hallazgo. La cuestión sobre si esta especie, Sahelanthropus tchadensis, era bípeda o no continúa siendo una incógnita para los paleontólogos, según recoge Science Alert.

Los estudios iniciales elaborados tras el hallazgo de este primer fósil en 2001 sugerían que el Shelanthropus era bípedo y poseía una combinación de rasgos similares a los de los primates y los humanos. Se basaron en el análisis de un solo cráneo, que contaba con características anatómicas que podrían indicar que su columna estaba erguida y se desplazaba la mayor parte del tiempo con las dos piernas. Sus dientes, de un tamaño pequeño, se asemejaban más a los de un ser humano que a los de un simio.

Sin embargo, hay muchos expertos que señalan que no son evidencias suficientes para catalogar esta especie como un homínido bípedo o afirmar que se trata de un ancestro directo del ser humano.

Poco tiempo después del descubrimiento del cráneo, se localizó un fémur izquierdo parcial en Toros-Menalla (Chad), que desapareció después de que otro investigador comenzara a analizarlo en 2004. La investigadora, Aude Bergeret-Medina y su supervisor, el paleoantropólogo Roberto Macchiarelli, de la Universidad de Poitiers en Francia, continuaron sus investigaciones con mediciones y fotografías

Sus conclusiones, recientemente publicadas, dudan de la posición del Sahelanthropus en el árbol genealógico humano. "Según nuestros análisis, el fémur parcial carece de cualquier característica consistente con episodios regulares de viaje bípedo terrestre", afirman.

"Por lo tanto, si hay pruebas contundentes de que el Sahelanthropus tchadensis es un homínido de tallo, entonces el bipedalismo ya no puede considerarse un requisito para su inclusión en el clado de los homínidos", concluyen. Rebate estas conclusiones uno de los autores de los análisis originales, argumentando que dicho fémur tiene una cresta superior dura que soporta una postura erguida.

Por su parte, el paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural de Francia, Martin Pickford, cuestiona si este fósil es de 'Toumai' o de otro homínido de la misma especie. 

También hay muchos expertos que apoyan la evaluación de Macchiareli. "Vi las imágenes hace 10 o 12 años, y me quedó claro que es más parecido a un chimpancé que a cualquier otro homínido",  explicó Madelaine Böh, paleontóloga de la Universidad de Tübingen, que no ha participado en ninguna de las investigaciones. 

El análisis del equipo de Macchiarelli también comparó el fémur con otro fósil de Orrorin tugenesis, otra especie de la misma época, y resolvieron que entre ellos existe al menos una diferencia a nivel de especie. De igual forma, lo equipararon con el Australopithecus, tras lo que consideran que la forma de desplazarse las dos especies más antiguas también era diferente.

Por lo tanto, creen que el Sahelanthropus podría ser un pariente ancestral que no tiene descendientes vivos, es decir, un linaje de primates extinguido. En cuanto a los dientes, señalan que podrían haber pertenecido a una hembra.

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