Los agentes que pegaron a los manifestantes lo hicieron por orden de su superior político

  • Los hechos ocurrieron en noviembre de 2001, en una sentada en el Congreso para reclamar la abolición de la deuda externa.
  • El inspector al mando dice que les informaron de que participaban miembros de la ´kale borroka´.
  • Asegura que les dijeron que su objetivo era agredir a los diputados.
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Los policías nacionales acusados de reprimir con un uso excesivo de la fuerza a un grupo de manifestantes que realizaron en noviembre de 2001 una sentada en las escaleras del Congreso de los Diputados para reclamar la abolición de la deuda externa declararon este lunes que utilizaron la fuerza necesaria para proteger la sede de la soberanía nacional bajo órdenes de sus superiores policiales y políticos.
Ese día no tenía suficientes medios como gases lacrimógenos porque a algunos políticos no les gusta.

Durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid, uno de los acusados, el inspector José Antonio Neira, al mando de la operativa de aquella actuación, señaló que un grupo de los manifestantes, en un momento dado, se desvió el itinerario de la marcha (entre Cibeles y Atocha) y "desbordó" el cordón policial, dirigiéndose hacia la escalinata del Congreso de los Diputados.

"A las 8.00 horas nos recordaron las órdenes y nos informaron de que en manifestación venía gente de la kale borroka y que cargáramos, que eran la orden del delegado del Gobierno. Yo ordené a los manifestantes que no subieran (por la Carrera de San Jerónimo). Ese día no tenía suficientes medios como gases lacrimógenos porque a algunos políticos no les gusta. Se les intentó desalojar por las buenas, pero no quisieron. Podían agredir el Congreso: pintar o quemar en su interior", respondió a las preguntas de la acusación particular.

"No pudieron hacer otra cosa que cargar"

El inspector especificó que los manifestantes, ya en las escaleras de la puerta de entrada del Parlamento, se resistían de forma "muy activa", entrelazándose los unos con los otros. Así, señaló que para retirarlos a todos los participantes en la sentada debería contar con una plantilla de 500 policías, pero eran unos 40 efectivos, por lo que "no pudieron hacer otra cosa que cargar".

Estaban muy nerviosos de que algún funcionario de los que custodian el Congreso con metralletas se pusieran nerviosos

"Los manifestantes me dijeron que soltáramos a los detenidos para disolverse, pero la superioridad me dijo que no se soltara a nadie. Estaba presionado por los mandos policiales y políticos porque estaban muy nerviosos de que algún funcionario de los que custodian el Congreso con metralletas se pusieran nerviosos para defender el Congreso", agregó.

Por otro lado, Neira señaló que varios policías nacionales sufrieron dolores en la espalda, tirones y uno de ellos acabó con un dedo roto. Mientras, sobre los manifestantes, explicó que sólo vio a uno lesionado con una brecha en la cabeza, concretamente a uno de los organizadores. "Las defensas que utilizamos no hacen nada de daño. No es un arma suficientemente contundente, aunque intimida un poquito", apostilló el acusado.

Desobediencia grave

Sobre las detenciones efectuadas, justificó que fueron arrestados por cometer desobediencia grave, aunque apuntó que él no detuvo ni arrastró a nadie. "Si ordené alguna detención, estaba bien detenido", apostilló el inspector, al tiempo que reconoció que mandó cargar y lanzar pelotas de goma "de las más blandas".

Por su parte, el subinspector de Policía Sebastián Casillas, aseguró que no apreció que se estuviera golpeando a alguien y no vio nada violento. "Se siguieron los pasos oportunos. No vi golpes en la cabeza ni ordené detenciones. Intenté por todos los medios que se fueran de las escaleras del congreso. Sólo me faltó ponerme de rodillas", dijo.

Intenté que se fueran de las escaleras del Congreso. Sólo me faltó ponerme de rodillas

A continuación, otro de los comparecientes, un policía acusado de propinar golpes a varios de los manifestantes heridos, dijo no reconocerse en las fotos que le mostraron.

14 heridos graves

Por otro parte, los otros dos policías sentados hoy en el banquillo, acusados igualmente de delitos de detención ilegal, lesiones y faltas de lesiones reiteraron ante el juez que los manifestantes desbordaron el itinerario fijado y que se les invitó a que se retirasen en varios ocasiones de las escaleras del Congreso antes de cargar.

Consecuencia de dicha carga policial, resultaron lesionadas 59 personas, 14 de ellas graves y 45 leves. Al término de los enfrentamientos, se detuvo a siete de los manifestantes por desórdenes públicos. Se les puso en libertad tras declarar ante el juez. El Ministerio Público entiende que los hechos ocurridos no constituyen delito y, por tanto, no cabe "hablar de autoría". Por ello, reclama que se proceda a la libre absolución de los cinco procesados, que afrontan una pena de hasta 18 años de prisión.

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