La Barcelona de los sintecho: "Ahora ya no puedo vender en la calle mis dibujos porque la gente no se acerca a mirarlos"

  • La Fundación Arrels organizó una encuesta para conocer cómo es la realidad de los sintecho a raíz de la pandemia.
  • La entidad teme que la crisis sanitaria provoque una sensación de "mayor abandono" en este colectivo.
Selma y Alfredo, voluntarios de la Fundación Arrels, hablan con uno de los encuestados.
Selma y Alfredo, voluntarios de la Fundación Arrels, hablan con uno de los encuestados.

HUGO FERNÁNDEZ
Selma y Alfredo, voluntarios de la Fundación Arrels, hablan con uno de los encuestados.

Eran las ocho de la tarde del jueves, los bares estaban abiertos y la gente se reunía en las terrazas. Pero los sintecho ya dormían. Alrededor de 750 voluntarios de la Fundación Arrels salieron a recorrer los rincones de la capital catalana con motivo del recuento anual de personas sin hogar organizado por la entidad. Tras localizarlos, se les hizo una serie de preguntas para conocer de primera mano cuál es su situación en la calle a raíz de la pandemia del coronavirus

En todo el recorrido por el barrio de la Ribera, Selma y Alfredo, voluntarios de la Fundación Arrels, encontraron a un total de cinco hombres durmiendo a la intemperie, de los que solo uno quiso explicar cómo era su día a día en la calle. Se trata de Moussa Diep, un hombre de 46 años procedente de Dakar (Senegal).

Moussa: "Lo que más necesito es comer y dormir bien"

Con los bares echando el cierre, Moussa se encontraba sentado en la calle dels Carders mientras trabajaba. Él hace cuadros con ilustraciones a partir de latas de cerveza y asegura que tiene "mucha suerte" de tener trabajo porque eso le ha ayudado a conseguir dinero para sobrevivir desde que está aquí. 

A raíz de la pandemia, reconoció el senegalés, le ha resultado mucho más complicado conseguir dinero: no había gente en la calle para vender sus obras y ahora, aunque ya hay más tránsito por la zona, nadie se acerca a observarlas debido a las medidas de seguridad preventivas. 

Moussa vino hace dos años y medio a Cataluña y, tras pasar casi un año en Sitges, finalmente llegó a la ciudad. Desde que está en Cataluña no ha dormido nunca en un lugar cubierto y también admitió que no puede acudir a ninguna entidad social a comer ni a ducharse "porque hay que pedir cita", así que lo hace en los baños de la Estación de Francia

Aunque reconoció que le gusta Barcelona porque es una ciudad "tolerante y multicultural", Moussa confesó que lo que más necesita es "dormir bien y comer bien", apuntó a la vez que se tocaba dolorido la espalda. "Me hace falta un lugar para compartir", manifiestó.

Moussa charla con los voluntarios sobre su situación en la calle.
Moussa charla con los voluntarios sobre su situación en la calle.
HUGO FERNÁNDEZ

Otro de los chicos con el que los voluntarios pudieron hablar fue Habib, un joven de Guinea-Bisáu que llegó a Barcelona hace un año tras saltar la valla en Melilla y vivir unos cuantos meses en Málaga y Granada. En francés, Habib explicó a Selma que, a pesar de la Covid-19, su situación es la misma, y contó que no le es complicado encontrar un lugar donde ducharse y asearse en Barcelona.

Una encuesta distinta

La anual encuesta dirigida a las personas sin hogar y organizada por la Fundación Arrels este año ha querido centrar su objetivo en averiguar cómo las personas que viven en la calle están sobrellevando la pandemia

"La crisis sanitaria les ha dado menos espacios donde protegerse y más horas para dormir en la calle"

Algunos de los datos recabados durante la acción recogieron información relacionada con las facilidades que tienen para acceder a sus necesidades básicas, como puede ser asearse y comer. También se les preguntó si habían tenido síntomas de la Covid-19, si les habían hecho una PCR y sobre los aspectos que más les preocupaban viviendo en la calle. 

A diferencia de otros años, en esta ocasión el recuento empezó a las ocho de la tarde debido al toque de queda de las diez de la noche. Normalmente los voluntarios empezaban el recuento a las once de la noche hasta, en muchas ocasiones, bien entrada la madrugada.

La pandemia ha derivado en una nueva realidad para los sintecho

La crisis sanitaria les ha dado menos espacios donde protegerse y más horas para dormir en la calle debido al alud de gente que se ha visto obligada a acudir a los servicios sociales. Así lo apuntó el director de la entidad, Ferran Busquets, que aseguró que el equipo de voluntarios de calle de la fundación ha constatado esta realidad en los últimos días. 

A la situación derivada del coronavirus se le suman los meses de frío que están por venir y temen que ello comporte "más frustración, más estrés y una mayor sensación de abandono" para este colectivo. 

"Nos da miedo que la pandemia acelere el proceso de llegada de la gente a la calle", manifestó Busquets. El director afirmó que en estos meses han tenido constancia de casos de personas que "se están a punto de quedar en la calle" porque no están cobrando los ERTE o porque tienen trabajos precarios. Aunque no es un perfil tan habitual, desde Arrels lo atribuyen al "colapso" de los servicios sociales. Es por ello que confían en que esta encuesta sirva para hacer una "foto fija" de la realidad que viven las calles y poder trabajar en ello una vez se tengan los resultados, que esperan tener durante la próxima semana

Los voluntarios encuestan a Habib.
Los voluntarios encuestan a Habib.
HUGO FERNÁNDEZ
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