Próximos pasos de la era Donald Trump: una transición en plena batalla legal y con la agenda de Gobierno vigente

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Jim Loscalzo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Los días de Donald Trump en la Casa Blanca parecen, ahora sí, estar contados. Si bien sigue su lucha legal por mantener la presidencia vía juzgados, poco a poco va cediendo el poder al presidente electo, Joe Biden. Este lunes levantó el bloqueo en el que había instalado a su Gobierno y autorizó el inicio de la transferencia del poder a los demócratas. Aunque eso no supone un reconocimiento expreso de su derrota, es lo más cerca que ha estado de ello.

Poco después, el equipo de transición de Biden anunció que en "los próximos días" empezará reuniones con los funcionarios del Gobierno de Donald Trump para hacer efectiva dicha transferencia de poder.

El demócrata va así preparando su relevo, que culminará el 20 de enero, fecha en la que tomará posesión como presidente de los EE UU. De hecho, ya ha comenzado a diseñar su equipo de gobierno para los cuatro años de mandato. Biden y Kamala Harris no han especificado aún demasiados nombres, pero poco a poco van saliendo confirmaciones por parte de los medios estadounidenses, entre los que está Antony Blinken junto con Julie Chávez Rodriguez, Anthony Bernal y Julissa Reynoso Pantaleon.

El tiempo se acaba para la batalla legal de Trump

Hasta entonces, Trump apura al máximo el tiempo para continuar con su estrategia legal, que por el momento no le ha dado resultados. El pasado sábado, un juez federal desestimó su demanda más importante en el estado clave de Pensilvania y su equipo apenas tardó un día en presentar un recurso ante una corte federal de apelaciones. El objetivo es llegar "cuanto antes" al Tribunal Supremo de EE UU, la corte a la que el mandatario se encomendó la misma noche electoral, antes incluso de que se supieran los resultados y se confirmara que, según las proyecciones de los medios, había perdido frente al demócrata Joe Biden.

La apelación de la campaña de Trump difícilmente podrá impedir que Pensilvania certifique la victoria de Biden en ese territorio esta misma semana, e incluso si el Supremo aceptara el caso, algo que no está nada claro, los abogados del presidente lo tendrán complicado para demostrar un fraude en esa región. Pero incluso si fallara a favor de Trump, algo muy improbable, el mandatario necesitaría aún demostrar un fraude mayúsculo en varios estados más para revertir la ventaja de Biden en el Colegio Electoral, de 306 votos frente a 232, y por el momento ya ha fracasado en sus demandas en los estados de Michigan, Georgia, Nevada y Arizona.

En todo caso, el tiempo se agota, ya que el equipo de Trump solo tiene hasta el 8 de diciembre para desarrollar su estrategia legal, porque ese día todos los estados deberían haber resuelto cualquier disputa y el gobernador de cada territorio debe enviar los resultados certificados al Congreso.

Trump continúa con su agenda de Gobierno

Lo que también parece evidente es que Trump apurará hasta los últimos días de su mandato para continuar con su agenda de Gobierno, sobre todo en lo referente a política exterior y en asuntos que pueden condicionar y mucho al presidente entrante. Juan Tovar, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Burgos y en la Autónoma de Madrid, cita, por ejemplo, "aspectos relacionados con el Medio Oriente, como nuevos paquetes de sanciones a Irán". Medidas bastante relevantes dado que el demócrata "seguramente intentaría volver al acuerdo con Irán", según este experto.

Además, Trump también ha ordenado la retirada de parte de sus tropas de zonas de conflicto como Irak o Afganistán en enero, apenas días antes de la toma de posesión del nuevo presidente. Sin embargo, según Tovar, estas maniobras son son inusuales cuando los presidentes llegan al final de su mandato. "La abstención de Obama sobre los asentamientos en Palestina e Israel se produjo también en el periodo de transición y Trump lo criticó bastante", explica el profesor, que recuerda otras decisiones al final del mandato de Bush.

En este caso, las que tome el republicano pueden condicionar bastante la nueva política exterior de Biden puesto que, previsiblemente, el Senado estadounidense tendrá una mayoría republicana y será complicado que el presidente entrante pueda modificar o revertir algunas de las últimas decisiones adoptadas.

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