La curva se dobla. Si será una cuesta abajo duradera o un espejismo solo el tiempo lo dirá, pero, por ahora, los datos lo corroboran. El pasado 2 de noviembre -primer día del mes en que se publicaron cifras- la incidencia a 14 días era de 521,07 casos por cada 100.000 habitantes. Tres semanas después es de 419,48, una caída del 19,5%, impulsada principalmente por el fuerte descenso de los casos en la segunda comunidad más poblada de España: Cataluña, donde este indicador ha bajado un 45,8%.

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Los positivos diagnosticados en los 14 días anteriores en esta autonomía -el dato que junto a la población de la comunidad se emplea para calcular la incidencia- eran el pasado viernes 25.541 menos que cuando empezó el mes, una cifra que a nivel nacional asciende a 47.773 positivos menos. Cataluña clausuró la hostelería el pasado 14 de octubre, cerró perimetralmente la comunidad tras el estado de alarma y prohibió abandonar los municipios durante los fines de semana. Además, tiene uno de los toques de queda más estrictos: desde las 22.00 h.

Pero aunque Cataluña sea la comunidad con mayor peso específico en la caída de la incidencia a nivel nacional, no ha sido, ni mucho menos, la única. Otras once autonomías -Navarra, Aragón, Madrid, Extremadura, La Rioja, Castilla-La Mancha, Galicia, Andalucía, Castilla y León, Murcia y Baleares- han reducido la circulación del virus desde el 2 de noviembre. Navarra (-63,1%) y Aragón (-46,2%) destacan por sus drásticos descensos y junto a Madrid -que ha apostado con fuerza por los test de antígenos para el diagnóstico- forman el segundo bloque de regiones que más contribuyen a la caída a nivel nacional. Madrid lleva en descenso desde octubre.

Además, los datos a más corto plazo son mejores todavía. Salvo Asturias y Cantabria, todas las comunidades redujeron su incidencia en la última semana.

Otra faceta positiva es que la bajada en los contagios comienza a reflejarse también en los hospitales, donde el número de ingresados ha entrado en una fase de estabilización o descenso en la mayoría de las comunidades.

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Sin embargo, esta tendencia no se ha extendido por igual en todo el territorio. La situación ha empeorado claramente en Asturias, Cantabria y Comunidad Valenciana, aunque la incidencia ha subido también en País Vasco y Canarias. En el Principado, que a comienzos de octubre se encontraba entre las comunidades con mejores números, los casos por 100.000 habitantes en 14 días han aumentado un 50% en lo que va de mes, mientras que en Cantabria lo han hecho un 32,9% y en la Comunidad Valenciana, un 32,7%.

El Gobierno del Principado llegó a pedir incluso el confinamiento domiciliario al Ejecutivo central el 8 de noviembre ante la avalancha de casos, una medida que le fue denegada a la espera de ver cómo evolucionaba la epidemia.

Pese a que los últimos datos de contagios y de hospitalizaciones que van llegando son cada vez mejores, la situación sigue siendo muy preocupante en todo el territorio. La incidencia actual es ocho veces superior a los objetivos marcados por el Ministerio de Sanidad y hay que tener en cuenta que, aunque se reduce, lo hace más despacio que tras el confinamiento total de marzo.

Estado de las UCI

Los niveles generales de ocupación de las unidades de cuidados intensivos por pacientes Covid superan el 30% de las camas disponibles y las muertes oficiales avanzan a un ritmo de más de 300 notificaciones diarias, un número de fallecidos que se comenzó a contagiar hace unas dos semanas, cuando todavía no se había alcanzado el pico de contagios de esta segunda ola.

Además, si algo ha demostrado la pandemia en estos más de ocho meses que el virus lleva entre nosotros, ha sido su capacidad para descontrolarse rápidamente.