En la actualidad, una persona puede llegar a anciano con el mismo riñón que le trasplantaron cuando era joven. Pero hace más de cuatro décadas, cuando se llevó a cabo el primer injerto en España, muchos órganos sólo duraban meses.

Esta evolución que han experimentado las técnicas y el aprendizaje profesional es similar a la que ha sufrido el hospital Carlos Haya, que efectuó su primera intervención de este tipo en 1979. Sólo el año pasado, se realizaron 175 trasplantes de órganos (un 13 % más): 108 de riñón, 52 de hígado y 15 de páncreas.

Con casi 2.000 injertos desde ese año 79, Carlos Haya se ha convertido en un referente. También en 2008, el centro dio a conocer el primer trasplante aislado de páncreas que se realizaba en Andalucía desde 1991. Además, se han llevado a cabo cinco trasplantes birrenales, único público en la comunidad con este tipo de intervenciones. Y en la modalidad del trasplante hepático, el hospital realizó el primero en marzo de 1996 y ya son 523 los realizados hasta la fecha.

El complejo hospitalario reconoce que sus logros no habrían sido posibles sin los elevados índices de donación. En el Sector Málaga (que incluye las áreas de Málaga, Almería, Ceuta y Melilla), existen cerca de 39 donantes por cada millón de población. Las edades de estos donantes oscilaron entre 1 y 83 años y la causa de muerte, en el 72 % de los casos, fue consecuencia de un accidente vascular cerebral. Es más, en 2008, el 88 % de las personas dieron su consentimiento para la donación de órganos de un familiar.

«Al principio, se tiene una sensación extraña, de que tienes algo, pero tú no lo notas. Empiezas a acostumbrarte en un mes y medio o dos meses. A partir de entonces, tienes una vida completamente normal», así recuerda Florido su experiencia. Tras una operación así, recomienda no hacer esfuerzos, beber poco alcohol y no fumar y no escatima al describir el cambio: «Con un riñón nuevo tienes días malos, pero te da mucha más libertad, te da vida».