La restauración de la predela del 'Centenar de la Ploma' apunta a que sus dos piezas son de autores distintos

Los trabajos de restauración e investigación sobre la predela del 'Retablo del Centenar de la Ploma' (1400-1405), que se puede visitar hasta enero en el Museu de Belles Arts de València, han evidenciado que las dos partes de esta pieza fueron creadas por dos autores distintos, si bien se sigue investigando esta cuestión, y han sacado a la luz incisiones que realizaron feligreses de la época sobre los personajes malvados de sus escenas, enfadados cuando escuchaban el relato encerrado en la pintura.

Así lo han explicado este jueves, en la presentación de los trabajos y la exposición, la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga; la subdirectora del Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i), Gemma Contreras, y el director del Museu, Pablo González Tornel.

La predela, "una de las mejores obras de arte del patrimonio valenciano", se ha mostrado este año por primera vez desde 1856, cuando se trasladó al Victoria and Albert Museum de Londres. Llegó a València en abril después de un convenio de colaboración firmado en 2019 entre el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el director del museo británico, Tristan Hunt.

Amoraga y Contreras han relatado el recorrido de los trabajos de la predela desde entonces, que suponen la primera vez que el Victoria and Albert Museum de Londres permite restaurar una de sus piezas fuera de sus instalaciones. El proceso ha recuperado sus colores y sus dorados y ha incluido radiografías, luz ultravioleta y hasta un TAC en el Hospital Clínico de València.

La restauración e investigación para descifrar la historia de la pieza ha dejado algunos nuevos hallazgos. En primer lugar, según ha detallado la responsable del IVCR+I, si bien se conocía que el retablo era de diferentes autores, los trabajos han hecho evidente que también las dos partes de la predela "son de dos manos diferentes". Se cree que una de ellas fue obra de Miguel Alcañiz y el otro autor "no está claro".

Contreras ha explicado que "es un poco aventurado" atribuir la autoría porque aún no se ha "comparado la pieza con todos los retablos" de la época. Y es que los técnicos del IVCR+i no solo restauran la predela sino que la investigan en su contexto del gótico valenciano, cuando en el siglo XV "València era un hervidero de artistas", llegados desde distintas partes de Europa y España.

En ese contexto, Contreras ha señalado que "para hacer un retablo de estas dimensiones necesariamente debían colaborar unos con otros" y que "todos los historiadores coinciden en que la composición de cada una de las escenas es muy novedosa para este momento y eso solo se puede dar en una conjunción de muchas ramas artísticas".

Los trabajos han descubierto también unas incisiones que se han mantenido en la predela porque forman parte de su historia: "La predela estaba muy cerca de los feligreses que iban a la iglesia y el cura de la época les explicaba el martirio como si les contase un cuento. Entonces los feligreses se enfadaban mucho y acuchillaban a los que estaban haciendo los tormentos", ha ilustrado Amoraga.

USO DE LAPISLÁZULI Y UN DIBUJO SUBYACENTE

Por otra parte, la restauración ha descubierto también los pigmentos azules de la obra, con una calidad que deja patente el uso de lapislázuli, y han permitido ver también el dibujo subyacente en el retablo.

Asimismo, se ha localizado una inscripción posterior al siglo XV, puesto que en ella está escrita la palabra 'año' con la letra ñ, que no se empleaba por aquel entonces. Esto ha dado algunas pistas de un posible paradero temporal del retablo que no se conocía.

"Algunos historiadores dicen que hay documentación de que estaba en la ermita de San Jorge, pero puede ser que en algún momento trasladaran el retablo a la casa de los Ballesteros, en la manzana que ocupa hoy el Teatro Principal. Puede ser que alguna de las inscripciones puedan corresponder a ese momento, pero no hemos encontrado documentación que acredite estos datos", ha explicado Contreras.

UN "TRABAJO EXHAUSTIVO" QUE INCLUYE HASTA UN TAC

La restauración de la predela ha supuesto un "trabajo exhaustivo" de 18 meses, por parte de un equipo multidisciplinar con el objetivo de "sacar el máximo partido a la pieza", ha explicado la responsable del IVCR+i.

Se han realizado fotografías visibles, se han utilizado luces ultravioletas, luces infrarrojas que han permitido ver el dibujo subyacente y se ha hecho un escáner en tres dimensiones completo, por si en el futuro le pasara algo a la obra.

Una parte del proceso se ha llevado a cabo a la vista del público, salvo cuando se han utilizado determinados productos o herramientas. La predela solo ha abandonado la pinacoteca para dirigirse al Hospital Clínico de València, donde mediante un TAC se analizó el estado del soporte.

Así, la predela llegó al Hospital Clínico a primera hora de la mañana de un sábado con apoyo de la Policía Autonómica y sus dos piezas se colocaron en camillas como si de un paciente se tratase, ante la mirada curiosa de algunos de los médicos del centro, según ha detallado Contreras. "Su densidad es muy parecida a la del cuerpo humano", ha comentado.

Primero se hizo el tratamiento del soporte, del que se han retirado muchos papeles adheridos, salvo las etiquetas de un anticuario de París que también se han dejado como parte de la historia del retablo.

Después se intervino en la pintura y los dorados, que tenía mucha suciedad y gotas microscópicas de cera procedentes de velas, que se han eliminando calentándolas ligeramente. En total, la limpieza se ha realizado en unas cinco fases.

Posteriormente se ha procedido a la integración final, cara al público, con los colores y los barnices. La recuperación de los dorados "ha sorprendido" a los técnicos del Victoria and Albert Museum, según Contreras. También se han añadido dos piezas de madera de pino antigua en los extremos en los que se recortó en algún momento la predela.

Tras la restauración, las investigaciones continuarán durante un par de años más. Se seguirán analizando y comparando otros retablos con el 'Centenar de la Ploma' y se indagará en la documentación del Victoria and Albert Museum y del gótico valenciano.

Preguntadas por la posibilidad de que el retablo al completo pueda exhibirse en la capital del Turia, Amoraga y Contreras han explicado que esto supone un problema estructural, ya que debido en la restauración del retablo en los años 70 se cubrió la parte trasera con resina, uniéndose así las distintas tablas que lo componen.

Los restauradores británicos y los londinenses investigan cómo revertir aquella intervención para lograr en algún momento desmontar el retablo. Mientras tanto, hasta enero, el público valenciano podrá ver su predela en el Museu de Belles Arts.

"El arte no tiene sentido si no es para que lo disfrute la mayor cantidad de personas posibles", ha defendido Amoraga, mientras que el director del museo Pablo González se ha mostrado "feliz" de poder acoger "una de las obras más importantes del gótico europeo".

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