Un colegio de Madrid participa en un estudio piloto para mejorar la ventilación en las aulas y reducir el riesgo de Covid

  • El centro La Salle La Paloma lleva desde principios de curso testando junto a Murprotec los niveles de C02.  
  • El programa compara los valores registrados en una clase con ventilación natural y otra con ventilación artificial.
Visi Salazar, directora del colegio La Salle La Paloma de Madrid, en el aula con centrales de tratamiento del aire.
Visi Salazar, directora del colegio La Salle La Paloma de Madrid, en el aula con centrales de tratamiento del aire.
Jorge París
Visi Salazar, directora del colegio La Salle La Paloma de Madrid, en el aula con centrales de tratamiento del aire.

La calidad del aire en los lugares cerrados se ha convertido en una de las grandes preocupaciones ante la pandemia del coronavirus, con los centros educativos como uno de los sectores que más preocupa. El mayor riesgo de contagio en los espacios interiores es una de las temáticas más comentadas y analizadas y documentos como la Guía para ventilación en aulas del CSIC alertan de su importancia. La ventilación natural es la mejor opción y debe ser la primera a tener en cuenta pero ante la imposibilidad por diversas causas, como la llegada del mal tiempo, de que sea viable están surgiendo iniciativas para paliar esta problemática.

Una de esas iniciativas está siendo probada en el colegio La Salle La Paloma de Madrid. Este centro participa en un estudio realizado por la empresa Murprotec para determinar si su Central de Tratamiento de Aire (CTA), inicialmente ideada para eliminar humedades, es eficaz también en la reducción del CO2 y en la regulación de la temperatura. La investigación concluirá en los próximos días pero los primeros análisis han evidenciado resultados favorables. 

El estudio se lleva a cabo comparando los parámetros en dos clases de similares características: de unos 40 metros cuadrados, con techos de 3,5 metros de altura y tres grandes ventanales, y que albergan a 17 alumnos de Primaria. En una se instalaron a finales de agosto dos CTA y en ningún momento se abren las ventanas y en otra, denominada 'aula básica', se aplican los protocolos de ventilación natural. 

En ambas se han colocado medidores que funcionan las 24 horas del día y que están arrojando importantes diferencias entre un habitáculo y el otro. "La normativa establece un máximo de CO2 de 1.500 ppm (parte por millón) y mientras el 'aula básica', en su pico más alto, alcanzó los 2.500, en la CTA el índice más elevado fue de 1.049 y la temperatura además es mucho más agradable. El 'aula básica' tiene una temperatura más baja dependiendo de las condiciones de fuera", explica Sebastián Torres, director de Murprotec Madrid Oeste. 

Torres considera que estos datos, que hacen referencia a los dos primeros meses, "son más que suficientes para demostrar que el sistema funciona", pero el estudio se alarga hasta final de año para poder analizar la eficacia de la central también en momentos de mayor frío. Una vez finalizado comenzarán a ponerlo a disposición de otros colegios. 

Preguntado por la inversión necesaria, el responsable de la empresa afirma que  depende de "muchos parámetros", como la ubicación de la unidad, el número de estudiantes o el tamaño de la clase. Sí señala que su instalación consiste en una obra menor y que se realiza una valoración previa pormenorizada y personalizada para cada centro. Asimismo apunta que una vez pasada la pandemia por Covid, este sistema ayudará igualmente a mejorar la calidad del aire frente a un "gas altamente tóxico" como el CO2 y a "ganar en confort". 

La CTA aspira aire del exterior, lo filtra y lo introduce en la estancia ya tratado. Al mismo tiempo expulsa el aire contaminado del interior a través de unas rejillas. Esa es, según Torres, su diferencia respecto a los filtros Hepa, que depuran "el mismo aire que hay en el interior, con lo que no se produce una renovación continua". 

"Nosotros decidimos participar en el estudio por la incertidumbre que teníamos a principio de curso. No sabíamos cómo íbamos a ventilar, si iba a ser suficiente, ni si tendríamos que dar clase en algún espacio sin ventilación a raíz de los desdobles para poder bajar la ratio", cuenta Visi Salazar, directora de La Salle La Paloma. "Con esto sabemos que la calidad del aire es buena sin necesidad de estar abriendo y cerrando ventanas. Además entras en el aula en la que están las centrales y hace calorcito. En las otras se nota el fresco", agrega. 

Salazar reseña la importancia de conocer "nuevos sistemas que ayuden a sanear el aire" en un contexto en el que ofrecer a las familias "opciones que mejoren su seguridad" se hace especialmente relevante.

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