Los Presupuestos Generales del Estado parecen haber pasado la primera prueba. La Comisión Europea los ve con buenos ojos. No solo en España, sino que la opinión generalizada sobre las cuentas públicas de los Estados miembros es positiva. Eso sí, lanza un aviso al sur: controlar la deuda pública. En el caso de España, de hecho, está en máximos tras haber alcanzado los 1.308.439 millones de euros, con un incremento de 9.703 millones con respecto a agosto. Bruselas, de hecho, advierte que España ya tenía ese reto antes de la pandemia de coronavirus.

Además, la Comisión suaviza las previsiones de ingresos recogidas por el Gobierno en lo que se refiere a los nuevos impuestos. En cuanto al un impuesto sobre las transacciones financieras -tasa Tobin-, a través del cual el Ejecutivo espera recaudar 850 millones de euros pero Bruselas lo deja en 425 millones. Por otro lado, en lo que se refiere a la tasa Google la cifra de Moncloa es de 968 millones mientras que la de la Comisión se queda en 800. A esto hay que añadir también la lucha contra el fraude: en eso el Gobierno espera recaudar 828 millones, pero Bruselas lo reduce hasta 425. Además, avisa de que vincular las pensiones al IPC supone "un riesgo para la sostenibilidad fiscal".

Por otro lado, España es el país que dedicará un menor esfuerzo en términos de PIB en 2021 para hacer frente a la pandemia, apenas un 1%, con cifras muy similares a las marcadas por Chipre y Bélgica, y muy lejos del dato de Italia y Francia.

Según las previsiones de otoño de la Comisión para 2020, se espera que la economía española se contraiga un 12,4% en 2020 y que crezca un 5,4% en 2021. De acuerdo con el Proyecto de Plan Presupuestario, esa previsión se queda en una caída de un 11,2% este año antes de repuntar en un 9,8% en 2021, impulsado por la caída y la posterior recuperación de la demanda interna, en particular del consumo privado. 

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A diferencia de las previsiones que hace el Gobierno de coalición, el cálculo de la Comisión no incorpora los efectos positivos que pueda tener el paquete de medidas previsto para principios de 2021. Eso sí, Bruselas reconoce que el sector manufacturero está recuperando poco a poco su actividad, pero no así el de los servicios, con la importancia que esto tiene, sobre todo desde el punto de vista del turismo.

El Gobierno de Pedro Sánchez no es el único al que Bruselas dirige esta advertencia sobre los peligros de sostenibilidad de su deuda pública, puesto que también lanza el mismo mensaje a Bélgica, Francia, Grecia, Italia y Portugal.

Bruselas ha dado, por tanto, un aprobado a los borradores presupuestarios de todos los países de la eurozona tras recomendarles en mayo que tomasen las medidas que fuesen necesarias para atajar la pandemia, aunque sin perder de vista el equilibrio presupuestario a medio plazo. A España le había instado en particular a reforzar el sistema sanitario, tomar medidas para proteger el empleo y mejorar las ayudas a las familias o los esquemas de renta mínima, entre otras.

La Comisión, eso sí, ha invitado a todos los países a "revisar regularmente el uso, efectividad y adecuación" de estas medidas y a estar "listos para adaptarlas como sea necesario a las cambiantes circunstancias".  Hay que tener en cuenta, eso sí, que el análisis de la Comisión Europea se produce en un punto en el que  la crisis ha llevado a la suspensión del Pacto de Estabilidad y Crecimento, lo que permite a los Estados miembros llevar su déficit por encima del 3% del PIB y su deuda pública por encima del 60%. Bruselas prevé que las normas fiscales estén suspendidas durante todos el 2021.

Estos planteamientos coinciden además con la publicación del paquete de otoño del Semestre Europeo. Valdis Dombrovskis, vicepresidente económico de la Comisión ha valorado la situación: "Ahora que Europa se encuentra sumergida en la segunda ola de la pandemia, tenemos que intensificar nuestros esfuerzos para ayudarnos mutuamente a capear el temporal. El presente paquete de otoño tiene por objeto pilotar las economías de la UE conduciéndolas hacia aguas más serenas y proporcionar orientaciones políticas que permitan nuestra recuperación colectiva", expresó. Pide por tanto que las medidas sean "específicas y eficaces". 

Asimismo, añadió otro punto: "La próxima primavera prepararemos exámenes a fondo para los nueve Estados miembros ya identificados con desequilibrios". Estos son Alemania, Croacia, España, Francia, Irlanda, Países Bajos, Portugal, Rumania y Suecia, y para tres que ya tienen "desequilibrios excesivos", que son Chipre, Grecia e Italia.

Por su parte, Paolo Gentiloni, comisario de Economía, ha declarado que "con una recuperación interrumpida y una incertidumbre muy elevada como telón de fondo, los Gobiernos deben seguir combatiendo la crisis y apoyando la recuperación". Además, avaló que "la mayoría de las medidas incluidas en los presupuestos de 2021 de los países de la zona del euro apoyan adecuadamente la actividad económica".

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En este sentido, Nicolas Schmit, comisario de Empleo y Derechos Sociales, añadió que La crisis de la Covid-19 "ha puesto fin a la tendencia positiva que se venía observando desde hace seis años en el mercado laboral, lo que ha afectado a todos los europeos, en particular a los jóvenes, y a las personas con contratos temporales o atípicos".

En España, de momento, impera la calma. La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha negado este miércoles que exista "preocupación" en el Ejecutivo por el posible retraso en la llegada de los fondos europeos tras el bloqueo de Hungría y Polonia y ha subrayado que, en cualquier caso, no se retrasarán las inversiones previstas. "Iremos adaptando el calendario (de emisiones de deuda), igual que hemos hecho este año, a la llegada de los fondos europeos, que yo espero que se produzca lo antes posible".