Cada día, 1,8 millones de personas reciben ayuda procedente de alguno de los 54 bancos de alimentos que hay en España a través de alguna de las 8.053 entidades benéficas que trabajan con ellos. Esta cifra supone un incremento del 40% respecto a antes de la irrupción del coronavirus. La crisis provocada por la Covid ha incrementado de forma alarmante el número de familias en riesgo de pobreza y es en ese contexto en el que esta semana tiene lugar la Gran Recogida, una campaña previa a la Navidad que en su octava edición llega con novedades para poder adaptarse a las normas de seguridad que impone la pandemia.
Desde el lunes y hasta el domingo, los clientes de las principales cadenas de alimentación pueden hacer una donación que esta vez no consiste en la tradicional entrega de víveres a la salida del establecimiento. En esta ocasión, la aportación se hace al pasar por caja añadiendo al ticket de compra la cantidad de dinero que se desee. Para informar de este cambio, durante el fin de semana, 35.000 voluntarios se distribuirán entre los 11.000 puntos de recogida participantes. El plazo para apuntarse y colaborar en esa labor todavía está abierto.
"Nos hemos tenido que reinventar para evitar la manipulación de los alimentos y las aglomeraciones. Por eso, en las tiendas habrá menos voluntarios que otros años. También evitaremos la fase de clasificación, en la que podían juntarse hasta cincuenta personas. El dinero que se recoja se quedará como saldo a favor del banco de alimentos en cada supermercado e iremos solicitando que nos manden productos en función de las necesidades que vayamos teniendo. Va a venir todo ya clasificado y paletizado", explica Elena Doria, directora del gabinete de prensa del Banco de Alimentos de Madrid.
Entre las novedades, la campaña presenta adicionalmente la posibilidad de donar de forma online. La página web www.granrecogidadealimentos.org estará operativa hasta el 6 de diciembre.
Con todo, la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) confía en poder alcanzar, como mínimo, las cifras de la Gran Recogida de 2019 y recaudar así los recursos necesarios para obtener 21 millones de kilos de comestibles no perecederos de primera necesidad. Esto supondría unos 20 millones de euros.
"Es el objetivo que nos hemos marcado para ser realistas", señala Doria, que no obstante se muestra esperanzada en que, dadas las circunstancias, esas expectativas se vean superadas. "La gente es muy solidaria y se vuelca. Durante el confinamiento hubo muchos restaurantes, colegios... que al tener que cerrar nos entregaron la materia prima que tenían y también hubo muchas donaciones de empresas y particulares. Gracias a ello hemos podido mantener el ritmo de distribución. Si no, habríamos terminado con las existencias del almacén", continúa durante una visita a la nave que la fundación tiene en San Fernando, donde están igualmente sus oficinas centrales.
Estanterías de gran altura repletas de cajas de galletas, cacao soluble, tarritos para bebés, leche, cereales, tomate frito, conservas... van formando pasillos en un edificio con capacidad para 700.000 kilos. "Nos da para diez días. Antes de la pandemia, en Madrid estábamos distribuyendo un millón de kilos al mes. Ahora esa cantidad se ha doblado y estamos cerca de los dos millones", puntualiza la responsable de comunicación, mientras se cruza con compañeros que descargan un camión repleto de frutas y hortalizas. En un segundo muelle, otro grupo de voluntarios ayuda a una entidad benéfica a llevar a cabo el proceso contrario.
Preguntada por si el nuevo sistema de colaborar con la Gran Recogida podría perdurar en el tiempo al permitirles ganar en operatividad, Doria responde que van a esperar a ver cómo funciona: "Hay quien lo ve más adaptado a los tiempos de hoy. Pero también hay quien prefiere dar un kilo de arroz que dinero porque puede producir algo de desconfianza. También es verdad que nuestra misión es recibir y distribuir alimentos de forma gratuita. Por eso es importante decir que no vamos a tocar ni un euro".
Por el momento lo que es seguro es que la nueva fórmula afectará a esta campaña, en la que "más que nunca", Fesbal necesita mercancía para seguir con su ayuda a los más desfavorecidos y "que no se rompa el suministro en los próximo meses en los que, previsiblemente, la situación no va a mejorar, más bien lo contrario".
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