Tras las críticas de barones del PSOE por su acercamiento a Bildu para aprobar los Presupuestos, Sánchez decidió este lunes escuchar a los más afines. La Ejecutiva del partido –medio centenar de dirigentes, entre ellos, portavoces, ministros y cargos de Moncloa y Ferraz–, terminó convertida en una terapia de grupo en contra de los "compañeros" que –según interpretaron desde Ferraz– en lugar de hablar en privado critican al Gobierno en público, sin tener en cuenta cómo usará la oposición sus palabras ni la urgencia con la que el Gobierno necesita aprobar las Cuentas. Se referían particularmente a los presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García Page, que –además de las reuniones con Bildu– han criticado que el Gobierno esté dispuesto a recibir su apoyo.

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También alzó la voz el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el único de los tres que es miembro de la Ejecutiva y que el lunes tomó la palabra para explicar sus declaraciones –en forma de tuits– donde lamentó que la falta de acuerdos convierta a Bildu en un actor "clave". "La memoria de las víctimas de ETA no se merece que sean relevantes en nuestras vidas. Es un fracaso colectivo", lamentó entonces Fernández Vara, a quien en Ferraz ven distinto a "los otros", en referencia a Page y Lambán.

Fernández Vara se explicó pero no insistió en sus reproches. Page volvió a dejar clara su distancia con Sánchez y, desde Toledo, afeó que el secretario de Organización y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, dijera en una entrevista a El País que "Bildu ha tenido más responsabilidad que el PP en los Presupuestos". "No creo que haya ningún tipo de comparación extrapolable, es evidente", contrapuso el castellanomanchego, que también lamentó que "en una situación tan dura no haya un acuerdo infinitamente más transversal". Page exigió a Bildu que "reconozca el daño y se disculpe, no solo con las víctimas, sino con la sociedad española".

El socialista Antonio Miguel Carmona reclamó una consulta a la militancia para "aclarar aspectos de principios" tras el pacto que dio por supuesto entre Sánchez y Bildu y sobre la eliminación del castellano como lengua vehicular, algo que también atacó el ex vicepresidente Alfonso Guerra, que calificó el "pacto" entre Sánchez y Bildu de "absolutamente despreciable".

Al margen de las críticas y hasta insultos que continuaron llegando desde el PP y Cs, son las declaraciones de socialistas las que más molestan en Ferraz. Frente a ellas, Ábalos dijo que "la dirección [del PSOE] en su totalidad valoró muy positivamente" el rechazo de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos por parte de "12 partidos". Incluido Bildu, con quien el PSOE niega pacto alguno para que se sumaran al ‘no’ ni que lo vaya a haber en la negociación que se abre ahora y en la que Ábalos dijo que se hablará de "gastos" e "inversiones".

Tras un fin de semana en que él y la número 2 del PSOE, Adriana Lastra, se esforzaron por dar imagen de "normalidad" a la presencia de Bildu en los Presupuestos, el PSOE matizó el lunes hasta dejar en el aire un apoyo de este partido que su líder, Arnaldo Otegi, ha garantizado. Ábalos también se "negó" a darles "protagonismo".

"No hay ningún acuerdo más que el que está en el debate y lo que tendrá que plantear en las enmiendas. No hay ninguna garantía de que vayan a aprobar los Presupuestos", dijo Ábalos, que tampoco rechazó el apoyo de Bildu. "Un grupo político puede hacer lo que quiera, está en su derecho y no tenemos ningún mecanismo para impedir su voto".