La pandemia de coronavirus ha cambiado radicalmente la forma de interacción social. En tiempos donde están prohibidos los apretones de manos, besos o abrazos, y rige —entre otras— la norma de mantener una distancia de seguridad, existen alternativas más seguras que ayudan a paliar la falta de contacto humano, especialmente entre aquellas personas que viven solas.
Lara Herrero, investigadora en virología y enfermedades infecciosas de la Universidad de Griffith (Australia) y Elina Panahi, estudiante de último año de doctorado de la misma universidad, explican en un artículo publicado en The Conversation el papel cultural que juegan los abrazos y cómo a muchos europeos, especialmente de España, Italia y Francia les ha resultado "difícil" aceptar esta nueva forma de vivir para evitar los contagios de Covid-19.
"Cuando abrazamos a alguien, se libera una hormona llamada oxitocina. Esta 'hormona del abrazo' fomenta la unión, reduce el estrés y puede reducir la presión arterial", exponen.
Sin embargo, apuntan que la "privación del tacto" se ha convertido en "una consecuencia grave de la pandemia y puede haber afectado la salud mental de muchas personas, especialmente las que viven solas o en relaciones inestables".
Pese a que los expertos sostienen que la mejor práctica es evitar el contacto físico con personas que no son convivientes, las investigadoras aportan seis consejos para dar un abrazo "si es absolutamente necesario" y minimizar el riesgo de transmisión:
- No abrazar a nadie que muestre síntomas de Covid.
- No abrazar a personas de los grupos más vulnerables (ancianos, inmunodeprimidos y personas con otras condiciones médicas), ya que corren un mayor riesgo si contraen la Covid.
- Al abrazar a otra persona sana, evitar juntar las mejillas y girar la cara en la dirección opuesta.
- Usar siempre una mascarilla.
- Aguantar la respiración "si se puede". De esa forma, indican, se puede evitar transmitir o inhalar gotitas respiratorias infecciosas durante el abrazo.
- Lavarse o desinfectarse las manos antes y después del abrazo.
Como alternativa a los abrazos entre dos personas, Herrero y Panahi dirigen su atención a las mascotas: "El contacto con animales puede proporcionar beneficios para la salud mental similares a los abrazos y también aumenta la oxitocina", aseguran.
Otra opción para mantener las interacciones sociales en ausencia del contacto directo son las videollamadas. Según han indicado, "pueden tener un efecto positivo en el bienestar de las personas durante el aislamiento".
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