La picaresca, la pobreza o la imprudencia son algunos de los factores que llevan a miles de malagueños a alterar su instalación eléctrica para pagar menos (o no hacerlo) a la compañía Endesa. Casi 6.000 contadores fraudulentos fueron detectados el año pasado por esta empresa en la provincia de Málaga, donde tiene unos 900.000 clientes domésticos.

Sobre todo, ocurre en viviendas unifamiliares de zonas de montaña y de costa que no están muy pobladas, así como en zonas marginales. Durante 2007, los contadores ilegales ascendieron a 5.421, y en 2008 alcanzaron los 5.839.

Las irregularidades son diversas: dobles acometidas (una de ellas sin autorizar para captar la energía de la red principal), puentes para que el contador no registre una parte del consumo, manipulación del contador (sobre todo en dispositivos antiguos) para reducir la lectura que computa la compañía en el recibo o enganches directos a la red general de electricidad o a arquetas, según Endesa.

Estas infracciones pueden causar siniestros mortales o daños graves en aparatos eléctricos. Cuando se conoce la existencia de una de ellas, la empresa lo advierte al cliente y reclama el consumo no cobrado. Si es necesario, el asunto se resuelve en los juzgados.

Una brigada específica de Endesa se ocupa de detectar las dobles acometidas gracias a una cámara en miniatura que recorre los tubos que conducen los cables eléctricos.