Driss se encontró a la mujer en la calle, aunque en el juicio no quedó claro si la amenazó con un cuchillo y la obligó a subir a su piso -según la versión de ella- o si bien la víctima subió por voluntad propia, hecho que no se descarta. Una vez en el piso, según la sentencia, el acusado obligó a su mujer y a sus tres hijos, de corta edad, a encerrarse en una habitación, mientras abusaba de la joven al menos en cinco ocasiones y de varias formas.

La víctima intentó escapar pero no lo logró y fue golpeada en la espalda por el acusado con una barra lo que le causó lesiones. La mujer del acusado salió de la habitación para socorrer a la víctima y también fue golpeada con el mismo objeto, un hecho que el juez considera "un ejercicio de violencia sexista inaceptable". Aprovechando que el acusado se duchaba, la víctima escapó ayudada por la esposa que le dio ropa y zapatos.

Al salir del edificio, la mujer pidió ayuda y avisó a la policía que la socorrió y detuvo al acusado. En el juicio, el acusado afirmó que se trataba de una relación consentida y que se encontraba bajo los efectos de la droga y el alcohol.

El juez admitió la atenuante de embriaguez, dado que la víctima también lo declaró, y condenó al acusado a 9 años de prisión por el delito de agresión sexual; siete meses y 15 días y orden de alejamiento de 2 años de su mujer por el de lesiones en el ámbito familiar y también deberá indemnizar con 9.000 euros a la víctima a la que prohíbe acercarse durante 15 años. La fiscalía pedía inicialmente 15 años de cárcel para el acusado por un delito continuado de agresión sexual y otro de lesiones en el ámbito familiar.

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