Avance: 15 minutos de 'El origen del planeta de los simios'

Entre la avalancha de títulos del mayhem blockbusteril de este verano, uno de los más curiosos por extraño o inesperado es la reactivación de la saga de El planeta de los simios que, exceptuando aquel remake de 2001 que todo fan de Tim Burton y persona en general ha luchado (con notable éxito) por olvidar, llevaba dormida desde los años setenta. La gran baza de este nuevo filme consistía en llevar un pasó más allá la caracterización de los monos inteligentes. Algo que, a tenor de lo que hemos visto esta mañana, Weta Digital ha clavado.

Frente al tradicional despliegue de maquillaje y prótesis de goma habitual en la saga (hasta en la ILMizada película de Burton estaba el maestro Rick Baker detrás), aquí los monos son el resultado de la captura de movimiento, que la compañía neozelandesa ya llevó al terreno simiesco en King Kong y ahora ha desarrollado hasta alcanzar una nueva cima. Por primera vez, los escenarios donde se integran son 100% reales, lo que da un grado de veracidad muy superior al de King Kong, convirtiendo a los monos en las auténticas estrellas de la película, especialmente el chimpancé César, al que interpretó Andy Serkis.

El filme parece estar prácticamente narrado desde el punto de vista del mono, desde que se cría en casa de James Franco, un científico obsesionado con encontrar una cura para el Alzheimer que afecta a su padre, hasta que pasa a liderar el alzamiento simio contra los humanos. Esto convalida a El origen del planeta de los simios tanto como precuela de la película dirigida por Franklin J, Shaffner y protagonizada por Charlton Heston en 1968, como remake de su tercera secuela, La rebelión del planeta de los simios (J. Lee Thompson, 1972), que en realidad (los tiempos mandan) se han transmutado en reboot, cambiando el origen y motivaciones revolucionarias de César. En esta ocasión, el tinglado no empieza en un futuro próximo, sino aquí y ahora.

Lo que hemos podido ver esta mañana ha sido un adelanto con tres escenas en las que descubrimos cómo se plasman distintas emociones en César, el auténtico protagonista. Este es su resumen con ligeros SPOILERS. En la primera de ellas, ya crecido y de paseo con James Franco y Freida Pinto, el animal empieza a tomar conciencia de sí mismo y de la diferencia cognitiva que le ha proporcionado la droga sintetizada por Franco. En la segunda, asistimos a la tensión entre los instintos y su humanidad cuando acude al rescate del padre de Franco (John Lithgow), pero la furia lleva su brutalidad animal más allá de lo que pretendía.

Esto provoca que César sea recluído en un centro de acogida de animales, donde no es para nada tratado con la misma delicadeza y humanidad a la que estaba acostumbrado chez Franco. Entre humillación y humillación del cuidador Tom Felton (no, Draco Malfoy nunca cambiará), César larva un plan de fuga que pasa por distribuir entre sus congéneres encerrados la droga que les aumenta la inteligencia (la secuencia que ya conocemos), lo que se convierte en el pistoletazo de salida de la revolución de los simios. De ahí a que Charlton Heston se desgañite ante una Estatua de la Libertad en ruinas, sólo hay un paso (de baile).

Al final, la sensación que nos queda es que El origen del planeta de los simios puede ser una película más matona de lo que parecía. Si bien la labor del prácticamente anónimo Rupert Wyatt detrás de las cámaras no parece con ganas de lucirse (ni se la esperaba), el trabajo de Weta con César y el resto de monos es un gigantesco paso adelante en la (re)creación de emociones digitalmente, a la altura de lo que supuso Gollum en su momento. Toca esperar hasta el 5 de agosto para ver cómo queda todo en el conjunto.