En 1961, Vía revolucionaria, una novela de Richard Yates, sacudió el mundo literario. Sus protagonistas, Frank y April Wheeler, son una joven pareja de enamorados que se mudan a su nueva casa en Revolutionary Road y deciden no dejarse atrapar nunca por las restricciones sociales de su época.
Pero los Wheeler descubren que se están convirtiendo en aquello que no esperaban:
En un intento por revitalizar su matrimonio, se mudan a la exuberante libertad de París, pero se desata un conflicto entre los sueños de ella y el temor de él a convertirlos en realidad.
Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, que protagonizaron en 1997 una de las grandes historias de amor del cine con Titanic, repiten como pareja de celuloide, aunque de una forma muy diferente.
Casada con el director
Esta vez interpretan a los Wheeler en un drama que refleja la realidad de la América de los años cincuenta y de cómo la prosperidad y la seguridad acaban en complacencia y conformidad.
Dirige a ambos el británico Sam Mendes (ganador de un Oscar en 2000 por American Beauty), marido de Kate Winslet desde hace cinco años.
Fue ella la que sugirió que su marido dirigiera la película y fue Mendes quien sugirió a Leonardo, con quien su mujer mantiene una gran amistad desde Titanic.
DiCaprio aseguraba posteriormente a la prensa que fue la confianza tremenda que hay entre ellos lo que le ayudó a rodar las escenas más difíciles (las de cama) y a saber "dónde están los límites".
Winslet no ocultó que se sintió "extraña" en la cama con DiCaprio mientras su marido los dirigía. "Todo era extraño, pero debo reconocer que todo estuvo bien y rodamos muy rápido. Sam no tenía ningún problema, así que salió muy bien".
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