Con el toque de sirena del fin de las clases, decenas de padres aparcan sus coches. Ocupan la zona peatonal por la que los niños acceden y abandonan el colegio AYS de Murcia, lo que obliga a los pequeños a tener que transitar por la calzada con el peligro que eso conlleva.

Cada jornada lectiva, los coches mal aparcados, en doble fila o sobre las aceras, son la nota dominante en este AYS del Malecón, que tiene parking propio.

"Llevamos dos años con este problema, a pesar de que le hemos pedido a los padres que aparquen en el parking disuasorio que hay en Maristas. Hay un policía local pero se centra en regular el tráfico", explica Víctor Zamora, director del centro AYS que cuenta con 500 alumnos. "Hemos pensado poner pivotes", añade.

Misión imposible

Le ocurre lo mismo a otros cinco centros del casco urbano, según la Federación de Asociación de Padres de Murcia. El problema se reproduce en las horas punta de entrada y salida de los centros Cierva Peñafiel, María Maroto, Luis Costa y San Pablo, ubicados en el centro urbano de la ciudad.

"Aquí se dan dobles filas y hay coches encima de las aceras ya que no tienen fácil encontrar aparcamiento cerca", denuncia José Antonio Abellán, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Murcia.

Desde la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Murcia se explica que los policías locales encargados de regular el tráfico en las horas de entrada y salida de los colegios "no ponen multas a los padres que aparcan mal porque tratan de agilizar el tráfico y entienden que si lo hicieran habría más problemas".