Mesas, sillas... la Plaza Nueva se llenó de muebles un gran piso al aire libre. Y no es por ninguna feria o mercado. Es la original protesta de los vecinos de la barriada de Begoña, en Macarena Norte, que sacaron sus muebles a la calle para protestar ante el Ayuntamiento por lo que consideran una injusticia.

Esperanza Domíngez, de 88 años y enferma, ha vivido 13 años en su casa de la calle Valdelarco. Ahora, puede ser la siguiente desahuciada en este barrio. Los vecinos denuncian que desde hace dos años vienen sufriendo acoso y amenazas por parte de la propietaria de las viviendas, Construcciones Opera, para que abandonen sus casas.

Los afectados son los residentes de Guadalcanal, 5 y Valdelarco, 8 y 10. Las viviendas, de los años 50, «están en muy mal estado». «En dos años han echado a trece familias. Y las 25 que quedamos estamos también amenazadas», dice a 20 minutos Carlos Serrano, portavoz de los vecinos. «Hemos pedido ayuda al Ayuntamiento pero no nos han contestado, ¿van a dejar que nos echen a todos así como así?».

Esperanza iba a ser juzgada el lunes por negarse a abandonar su vivienda, aunque no pudo asistir por estar en cama enferma. Pero ella no es la única que podría ir a la calle. Sobre Juan León, de 63 años que lleva 27 viviendo aquí, pesa una sentencia judicial que le obliga a abandonar su piso. Ha presentado un recurso y está a la espera de que se resuelva.

Concha y Eduardo, tras nueve años en su casa, también están a la espera de que se consume su desahucio en la fecha fijada en el juicio.

El caso de Rosario Pulido

El caso de Esperanza recuerda a la misma situación vivida por la vecina Rosario Pulido, de 86 años, desahuciada de su vivienda de la Plaza de la Encarnación, 6 en marzo de 2004, un desalojo que levantó una gran polémica en la ciudad.

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