Así nos ponemos al volante

Los españoles suspenden en seguridad vial y creen que los accidentes no son culpa suya. Un estudio ha demostrado que comer chicle y caramelos combate la somnolencia al volante.
Atención, amigo conductor: comer chicle o caramelos e incluso beber agua a sorbos  ayuda a mantener la concentración y evita la somnolencia. Así lo ha confirmado un equipo del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón de la Universidad de Zaragoza mediante un simulador. Pero ¿cuáles son nuestros vicios y virtudes al volante?

A pesar de que este julio y agosto han bajado las muertes en carretera en un 7,3% respecto al año pasado, con 657 fallecidos, cifra que entra en los límites aceptados por la Comisión Europea, «suspendemos en sensibilidad vial y nos falta formación», según el doctor Juan José Alba, director del estudio. Y lo peor de todo, «seguimos pensando que los accidentes son cosas ajenas a nosotros».

Este reportaje ha sido elaborado a partir de informes de RACC, RACE y Línea Directa.

Nuestros pecados...

1. Velocidad. Los españoles  no hacemos caso a los límites de las vías.

2. Dejarse llevar. Superamos los límites de velocidad a fin de seguir el flujo de tráfico.

3. Despiste. No nos damos cuenta cuando el velocímetro supera los límites.

4. Zona prohibida. Estacionamos brevemente en una zona prohibida para hacer una gestión.

5. Falta de planificación. Por eso producimos atascos en las operaciones de salida y retorno.

6. Nocturnidad. Utilizamos las horas de la noche para incrementar la velocidad.

7. Código de circulación. En intersecciones no reguladas damos o quitamos preferencia a otro vehículo por desconocimiento.

8. Rotondas. Equivocamos las salidas en las rotondas por leer de manera errónea las señales.

9. Agresividad. Usamos habitualmente el claxon para expresar enfado, y las luces y la falta de respeto a la distancia de seguridad para intimidar.

10. Memoria. Olvidamos con frecuencia dónde hemos dejado el coche.

...Y éstos sus remedios

1. Descanso. Haber dormido las horas suficientes antes de coger el volante.

2. Tranquilidad. Conducir relajadamente, sin nerviosismo.

3. Ventilación. Utilizar el aire acondicionado.

4. Vestimenta. Vestir con ropa y calzado cómodos.

5. Formación. Tener buen conocimiento del código de circulación y de las ventajas que podemos obtener de sistemas como el ABS.

6. Caramelos. Como los chicles, evitan la somnolencia.

Por comunidades

Los andaluces son los conductores que se consideran más precavidos, con un 52% de los encuestados, pero también utilizan más el móvil cuando conducen (9%). Los vascos y navarros son los conductores más nerviosos (32%) y veloces (48%). Los catalanes, los más seguros, y los madrileños, los que utilizan más el cinturón en la ciudad.

Cómo conducen...

Ellas

Respetan los límites de velocidad: Sólo el 19% de las conductoras los supera en autovía, y el 7% en carretera, frente al 38% y el 20% de los hombres.

Lo usan menos: Frente a los hombres con coche que conducen a diario (76%), sólo el 66% de ellas se pone al volante cada día.

Creen que ellos son más nerviosos: Perciben a los conductores con mayor agresividad que a sí mismas. Ellos creen que son más seguros al volante.

Zapatos para conducir: Suelen llevar calzado cómodo en el coche en sustitución del que llevan.

Ellos

Hablan más por móvil: Mientras que las mujeres sólo hablan por el móvil al volante en el 4% de los casos, los conductores lo hacen el 7% de las ocasiones.

Aparcan en doble fila: En el 37% de los casos, frente al 18% de ellas, que, por contra, se saltan más los pasos de cebra (23% y 21%).

Lo quieren grande: Los hombres consideran que un coche pequeño es mejor para una mujer que para ellos, pero las conductoras no lo tienen tan claro.

Con una mano: La costumbre de sacar el codo por la ventanilla es más propia del sexo masculino.

Los jóvenes se sobrevaloran

El mayor riesgo al volante se da a partir de los dos primeros años después de conseguir el carné de conducir. Un informe de Inmark para Línea Directa Aseguradora revela que casi el 10% de los menores de 24 años dan positivo en los controles de alcoholemia, y que son ellos quienes conducen los vehículos más antiguos. Además, un estudio del RACE indica que asumen más riesgos, tienen mayor necesidad de autoafirmación al volante y sobrevaloran su capacidad de pilotaje. A esto se suma la falta de experiencia, que hace que tarden más en reconocer una situación de peligro.

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