Fidel Ramírez, 33 años. El 17 de diciembre salió de casa en camisa corta con la idea de alcanzar el Pico del Caballo, una ruta que finalizaba en Salobreña. De él no se supo nada hasta el pasado domingo, cuando fue hallado muerto en el río Dílar por el grupo de rescate de los bomberos. Según la autopsia, falleció como consecuencia de una hipotermia.

Y es que la Sierra puede ser traicionera hasta para los más experimentados si el pulso es a vida o muerte. El Servicio de Montaña de la Guardia Civil rescata cada año a más de medio centenar de personas que se juegan el pellejo en sus incursiones.

En 2008, los agentes realizaron 48 rescates en los que se vieron implicadas un total de 63 personas: once de ellas salieron sin vida de la alta montaña y 24 heridas.

El número de muertos del año pasado superó al de 2007, cuando ocho excursionistas subieron por última vez y 31 salieron heridos de la aventura, sobre un total de 76 senderistas rescatados.

La Guardia Civil apela a la precaución, ya que la mayoría de los accidentes se deben «a la negligencia u osadías de los montañeros experimentados, o a que se aventuran sin el material adecuado para la actividad que se va a desarrollar en la montaña o los barrancos», explican fuentes del Servicio de Rescate.

Falta de pericia

En otras ocasiones, la falta de pericia con el material propició los siniestros y, en última instancia, los accidentes en sí mismos, añaden las mismas fuentes del Instituto Armado.

Siete de los rescates perpetrados por los agentes tuvieron lugar en los Tajos de la Virgen, en las inmediaciones de la laguna de las Yeguas, una de las zonas más peligrosas de Sierra Nevada junto a las caras norte de los picos Mulhacén y Alcazaba y a los alrededores del refugio de Poqueira.

Las sierras granadinas albergan refugios en las zonas del Genil, Poqueira, Alhori, Puerto de la Ragua, Nacimiento, Andarax y Polarda (más información, en la web de la Federación Andaluza de Montañismo: www.fedamon.com ). La Guardia Civil recomienda consultar la ubicación de dichos albergues: «Se trata de un gesto insignificante aparentemente, pero que puede llegar a salvarles la vida».

Desconfiar de las inclemencias

La montaña puede convertirse en una trampa en invierno, sobre todo, con la nieve recién caída por el riesgo de avalancha. Cuando hiela, «un resbalón puede ser mortal», subraya el Servicio de Rescate.

Éste recomienda «abortar la salida» en caso de mal tiempo, consultar la climatología y equiparse con material y ropa adecuada. También es importante informar de la ruta y hacer la travesía acompañado experta.