Una escultura ha evitado una tragedia en la localidad holandesa de Spijkenisse este domingo. Un tren de metro había descarrilado y hubiera caído al vacío desde la vía elevada por la que circulaba de no haber sido porque la obra de arte, que representa a dos colas de ballena, frenó en el aire su marcha.
El tren había llegado poco antes de medianoche al final de la vía pero, por razones que se están investigando, siguió su marcha, rompió la valla que marca el alto y siguió de frente. Se trata de una línea elevada a unos diez metros sobre el suelo.
Sin embargo, la locomotora del metro quedó asentada en la escultura, en forma de aleta de ballena. De hecho, se llama así, Colas de ballena, y fue hecha en poliéster por el artista Maarten Struijs. Fue colocada al final de las vías del metro en 2002
Así, todo ese primer vagón quedó suspendido en el aire, sostenido por la escultura. El vehículo iba sin pasajeros y el conductor pudo salir por su propio pie. Ahora las autoridades estudian la manera más segura de retirarlo.
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