Tras recibir unas 130 solicitudes de entidades hoteleras que pedían aplazar los pagos, Emaya ha anunciado este lunes que estas facturas podrán abonarse en un plazo de uno o dos años, dependiendo de los parámetros que cumpla cada empresa.

Para realizar este trámite, cuya ejecución se realizará de forma telemática, los interesados tienen que solicitar a Emaya el aplazamiento de cada factura emitida, para evitar la reclamación de deuda.

Una vez autorizado el cambio de plazo, que será posible cuando firme un reconocimiento de deuda por cada factura, la opción general será que cada pago se aplazará por un periodo de un año. Así, las facturas emitidas en agosto de este año se podrán pagar en septiembre del año que viene.

La empresa municipal ha precisado que, en caso de que la entidad hotelera haya registrado una facturación inferior al 50 por ciento durante 2020 con respecto al año anterior, o que las inversiones realizadas hayan supuesto, como mínimo, un 50 por ciento de las cifras de negocio de 2019, el plazo para pagar las facturas se podrá aplazar hasta 2022.