El Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) publicó el sábado una resolución para reactivar la contratación de médicos y enfermeros en formación, especialistas titulados en estados no miembros de la Unión Europea y jubilados con el objetivo de afrontar la pandemia de la Covid-19. 

Esta medida ya había estado vigente durante el estado de alarma que duró del 15 de marzo al 21 de junio. La nueva resolución está vinculada al decreto de estado de alarma del 25 de octubre del Gobierno. El texto defiende la medida para "atender la situación agraviada de la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19, por la cual es necesario disponer de un mayor número de profesionales y reforzar las plantillas del Sistema de Salud de Cataluña".

La resolución, firmada por la consellera de Salud Alba Vergés el 30 de octubre, establece que se podrán contratar residentes en último año de formación de las especialidades médicas, farmacéuticas, de psicología, multidisciplinarias de ciencias de la salud y de enfermería con la adaptación de sus planes individuales de formación para incluir este periodo. 

Tendrán que percibir un complemento retributivo de carácter personal y de equiparación a la categoría profesional de facultativo especialista, correspondiendo al convenio colectivo. Los residentes podrán pedir ayuda y supervisión siempre que lo consideren necesario.

Por otro lado, los profesionales con grado, licenciatura o diplomatura que hicieron las pruebas selectivas de formación sanitaria especializada los cursos 2018-2019 y 2019-2020 y superaron la puntuación mínima pero no fueron adjudicatarios de la plaza también podrán ser contratados.

Los profesionales sanitarios con título de especialista obtenido en estados no miembros de la Unión Europea y que tengan un informe propuesta del Comité de Evaluación, también podrán ser contratados como facultativos especialistas con contratos de un año prorrogable tres meses. Este periodo será computable a efectos del reconocimiento de efectos profesionales del título de especialista.

Los profesionales médicos y de enfermería jubilados con menos de 71 años y que no tengan patologías de riesgo frente a la Covid-19 se pueden incorporar voluntariamente al servicio activo a tiempo completo o parcial. Preferiblemente tienen que acceder a fórmulas de trabajo a distancia o que impliquen muy poco desplazamiento. Si se incorporan presencialmente lo harán prioritariamente a los servicios de salud pública o en los centros de atención primaria.