Aunque la iniciativa hay que enmarcarla en el Centro de Investigación Agroambiental de Marchamalo (Guadalajara), tal y como ha confirmado a Europa Press el delegado de Agricultura y Desarrollo Rural, Santos López Tabernero, desde estas instalaciones se han repartido algunas a título particular para mantener la especie viva y Chamorro ha sido uno de los ganaderos que ha apostado por su mantenimiento.
De hecho, en Marchamalo llevan ya desde 2014 trabajando no solo en la recuperación de la gallina castellana sino de otras especies como la liebre ibérica o la cabra autóctona y Chamorro ha sido uno de esos ganaderos de la Sierra Norte que ha transformado la decena de polluelos que le dieron en su día en medio centenar de ejemplares que mima con esmero reconociendo que los huevos que ponen "no se pueden comparar" a otros.
Este ganadero de Majaelrayo ha atribuido casi todo el mérito a Viñuelas pero también él tiene el suyo teniendo en cuenta que trabaja en su conservación en su propia finca, y pronto quiere hacer lo propio con otra especie de gallinas también en peligro de desaparecer, la pintarazada. Se trata de especies capaces de adaptarse sin problemas a las tierras de la Sierra Norte de Guadalajara aunque también son menos productivas que las que crían en granjas de intensivo.
Chamorro lleva ya mucho tiempo apostando por una "dura tarea", dice, pero que le satisface. De hecho, también tiene cabras de Guadarrama que lleva criando en su finca de Majaelrayo y su propósito es seguir apostando porque estas razas no desaparezcan. "La única forma de conseguirlo pasa por reintroducirlas de nuevo donde estuvieron antes", ha concluido.
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