La activista colombo-española Juana María Perea Plata ha sido asesinada en Chocó (Colombia). Este viernes, el cuerpo de la mujer ha sido hallado con "una herida de bala en la cabeza", según el comandante de la Policía del este departamento de Nuquí, Marco Antonio González.

"Rechazamos contundentemente el hecho que se presentó en Nuquí. Un cuerpo de Inteligencia ya está trabajando para esclarecer lo que sucedió", ha anunciado González, que ha alertado de que en la zona del crimen "delinque la estructura pacífico del Clan del Golfo".

Yefer Gamboa, alcalde de este municipio al oeste del país ha indicado que Perea "estaba trabajando en temas de turismo" en la región, conocida por ser uno de los mejores lugares del mundo para el avistamiento de ballenas. Y es que "Juana Perea venía liderando un tema de turismo; venía trabajando ahora, por la cuestión del coronavirus, con unos temas de protección y protocolos de bioseguridad para posadas turísticas, y era líder del gremio de hoteleros del municipio de Nuquí", tal y como ha afirmado.

La prima de la víctima ha dicho, por su parte, que Perea y su esposo, un ciudadano estadounidense que trabaja como bombero contratista en Afganistán, habían comprado diez hectáreas de tierra en la zona de Termales, donde "ella, como buena vasca, se metió a cambiar la situación de allá, que es muy precaria" por la proliferación de bandas de narcotraficantes y paramilitares.

Del mismo modo, la pariente ha especificado que la fallecida también se oponía a la construcción del puerto de Tribugá, un polémico proyecto cuya licencia finalmente no fue concedida por el Gobierno colombiano a la sociedad interesada.