La intérprete portuguesa afincada en Barcelona, que recibirá la Palmera de Honor de la Mostra de València-Cinema del Mediterrani 2020 en reconocimiento a su "extensa y polifacética trayectoria", ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha repasado su trayectoria, sus proyectos futuros y en la que también ha hablado del papel del cine y, como no, de los efectos del coronavirus.

Así, ha mantenido que en tiempos de pandemia es "muy importante reflexionar juntos" y "la cultura lo permite" porque "el público recibe algo" que le ayuda en "su estado ánimo a afrontar esta incertidumbre". Por ello, se ha mostrado optimista sobre el futuro del cine en salas aunque el virus lo "hunda por un tiempo". Además, ha desacado que las "ganas y el amor" por rodar de las nuevas generaciones, que su hija de 23 años ejemplariza, demuestra que el cine "es imposible de hundir", ha recalcado.

De Medeiros, que está de gira teatral por Francia, ha destacado que es "un honor" poder regresar a la ciudad de Sorolla, del que confiesa estar "enamorada" y al que ve aquí en "todas partes" porque "la luz de València es siempre una fiesta". "La obra de Sorolla son momentos de cine, su empatía poética con la luz conmueve muchísimo", ha elogiado. Por ello, señala que el pintor valenciano "tiene una película". "¿Pero quién sería el director de fotografía?", ha ironizado.

Maria de Medeiros aprovechará su estancia en la Mostra para presentar su segunda película de ficción como directora, Aos Nossos Filhos, y compartirá mañana con el público sus vivencias en una masterclass en la Fundación Bancaixa.

Sobre la cinta, ha contado que fue "un desafío" convertir el texto teatral original de Laura Castro, con la que estuvo de gira por Brasil durante tres años, en una película, un proyecto que le ha enseñado "muchísimo" sobre la diversidad homoafectiva. La obra está basada en la experiencia autobiográfica de su creadora, que tiene tres hijas con su compañera.

Comenzaron a rodar, ha rememorado, en un Brasil "alegre, muy confiado en su futuro y adelantado en cuestiones homoafectivas, por encima de muchos países europeos, como en figurar en el pasaporte de los hijos de castro que tienen dos madres". Sin embargo, el rodaje coincidió con el cambo presidencial, tras haber sacado Lula a "millones de personas de la miseria, y vimos "oscurer a esa sociedad y la película, en tono de comedia, se volvió también oscura". "Es un documento de este periodo", ha señalado.

Ha confesado que la fascinación por el cine la conquistó desde los quince años de la mano de João César Monteiro porque es "arte, comunicación, amor" y desde entonces está "muy feliz" por poder seguir haciendo cine como el séptimo arte, a la manera europea, y no como los grades estudios de Hollywood, "donde es una máquina, una industria potentísima para vehicular ideas". "Para qué queremos eso", se ha preguntado, aunque sí que ha echado en falta contar en el viejo continente con grandes distribuidoras.

"EL ARTISTA DEBE TRABAJAR EN LIBERTAD"

La polifacética artista ha defendido que el arte "no es deber, sino poder". "Hay artistas activistas y contemplativos, que a veces mueven más cosas que los que están acción. Pero lo importante es trabajar en libertad", ha reclamado.

De los grandes directores con los que ha trabajado ha destacado que tienen en común "un inmenso universo propio" que les lleva a "dialogar con otras formas de arte". De João César Monteiro ha alabado su relación con la literatura que "nutre muchísimo toda su obra", de Bigas Luna su "gran talento plástico, heredero del surrealismo español como Dalí o Buñuel".

A Tarantino lo ha definido como "una esponja autodidacta que puede imaginar cualquier cosa" y que, al contrario de lo que se piensa, la grandeza de sus guiones es que son "literariamente fantásticos". "Su violencia no es gratuita, sino que nos hacen sentir mal por su capacidad literaria", ha apuntado. Además, ha destacado que con "osada" Pulp Fiction probó que "el público no está hambriento de estupidez, sino de propuestas interesantes".

Para construir un personaje, ha contado, preserva "la parte de misterio" y respeta "el potencial poético" para dejar al público lidiar con ellos porque "nunca hay que saberlo todo, como tampoco conocemos todo de nuestros amigos o amantes". "Es un apartamento que yo vacío para que el personaje venga", compara.

De Medeiros ha confesado que le gustaría un día poder volver a las artes plásticas, como era su idea inicial ya que "uno con la edad tiende a volver a sus primeros sueños". En cualquier caso, huye de marcarse un plan al estilo vital anglosajón porque ello "es la clave para ser infeliz toda la vida" sino que sigue la perspectiva de Picasso de "buscar para encontrar".