La SGAE recuerda al compositor valenciano Eduardo López-Chavarri en el 50 aniversario de su fallecimiento

La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) recuerda al compositor valenciano Eduardo López-Chavarri Marco en el 50 aniversario de su fallecimiento, que se cumple este miércoles, 28 de octubre.

La entidad desea "recordar y reivindicar" la figura del que fue socio con el número 8.727, así como su "ingente labor e incalculable aportación al mundo de la cultura a lo largo de una vida intensa como pocas", destaca la SGAE en un comunicado.

Figura ilustre del mundo de la música valenciana y, por extensión y dedicación, del conjunto de su ámbito cultural, Eduardo López-Chavarri despuntó como compositor y musicólogo, pero también como periodista, conferenciante, escritor, docente, director u organizador de eventos musicales. Tuvo, además, una faceta como jurista: se licenció en Derecho por la Universidad de Valencia, obtuvo el grado de doctor en la Universidad Central de Madrid y pasó después a ocupar el cargo de abogado fiscal sustituto en la Audiencia Provincial de 1896 a 1908, año en el que decidió volcarse profesionalmente en las actividades culturales.

Nacido en València el 29 de enero de 1871, López-Chavarri comenzó a edad temprana sus estudios de música, completando su formación autodidacta con las enseñanzas del organista Francisco Antich y en diversas estancias en París o Leipzig. Estudió también Derecho e, incluso, Dibujo, en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos. Su inclinación por el arte y la cultura era tal que, de algún modo, creyó que a través de ellas podría transformarse el mundo.

"NACIONALISMO MUSICAL"

En el apartado musical, firmó numerosas obras de estilos dispares y para muy diferentes formaciones, como orquesta, banda, coro, guitarra. Especialmente valiosa, subrayan desde la SGAE; fue, sin embargo, su contribución al "nacionalismo musical; es decir, a grandes rasgos, aquella música culta que se nutre de elementos propios del folklore nacional o regional, y que se desarrolló desde finales del siglo XIX a inicios del XX, tanto en países europeos como americanos".

Siguiendo la estela de la primera ola nacionalista propulsada por Salvador Giner y bajo la influencia también de su maestro Felipe Pedrell, López-Chavarri dio pie a un nacionalismo regionalista más evolucionado y complejo que integró esas melodías, ritmos y temáticas de corte popular en unas composiciones de exquisita técnica.

Suyos son títulos, en esa línea, como 'Acuarelas valencianas', 'Llegenda' o 'Valencianas'. Conviene destacar, por otro lado, la notable divulgación de su obra tanto en escenarios nacionales como internacionales, y a manos de formaciones tan relevantes como la London Chamber Orchestra, la New York Symphony Orchestra, el Orfeón Donostiarra y la Orquesta Sinfónica de Madrid, entre otras. Además, junto a su mujer, la cantante bonaerense Carmen Andújar, ofreció numerosos conciertos y sesiones divulgativas de la obra de autores como Joaquín Rodrigo, Manuel de Falla o Sebastián Durón.

Su defensa y difusión del nacionalismo musical estuvo bien presente, como no podía ser de otro modo, en muchos de sus escritos, tanto en los de investigación musical (en Música popular española, de 1927, por ejemplo, realizó un profundo análisis de nuestra tradición musical), como en sus colaboraciones periodísticas, que arrancaron en 1896 en La guide musical de Bruselas y que siguieron en las páginas de muchas otras publicaciones, como Ritmo (Madrid), Katazka (San Sebastián), Pentagrama (Valencia), International Musik Gesellschaft (Leipzig), Revista Musical (Bilbao).

Especialmente longeva fue su relación con el diario valenciano Las Provincias, para el que durante más de setenta años redactó críticas de música, teatro o arte, pero también otros artículos y reportajes de muy diversa índole. De hecho, a modo de curiosidad, en 1909 viajó a Melilla para cubrir como corresponsal de Las Provincias la denominada Campaña del Rif.

La labor intelectual del valenciano no acabó aquí: en 1910, obtuvo la cátedra de Estética e Historia de la Música en el Conservatorio de Valencia, se encargó de la traducción de diversos libros de música, dirigió la Orquesta Valenciana de Cámara y los coros universitarios de Valencia.

Durante sus casi cien años de vida, Eduardo López-Chavarri fue, en definitiva, un genuino y polifacético "impulsor de la vida cultural valenciana", tal y como apuntó el director de orquesta Martínez Alpuente en un artículo que le dedicó en Las Provincias y que concluía de esta emotiva manera: "Tal vez ha llegado el momento de devolver al maestro López-Chavarri todo lo que él hizo por su Valencia, esa tierra a la que nunca quiso abandonar y que seguramente si lo hubiera hecho, hoy en día sería reconocido como uno de los grandes compositores nacionalistas de la generación del 27 en España".

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