Competir, hacer daño y evitar que se lo hagan. Así, a la gresca, están esta semana Telecinco y Antena 3, de forma que en pocos días sus respectivas parrillas han variado en incontables ocasiones.

Es la contraprogramación: cambiar un programa de hora y día de forma precipitada para ganar audiencia, ahogando la opción de la competencia, por ejemplo un estreno, o evitando enfrentarse a ella.

Ayer, la web de Antena 3 no daba información de la parrilla prevista para hoy y mañana, y la de Telecinco incluía varias rectificaciones de última hora para esos días.

Lo que dice la ley

Con esa actitud se infringe la ley, varias leyes, de hecho. Por un lado, la que obliga a publicar la programación con al menos tres días de antelación, y por otro, la que pena los cambios dentro de ese periodo, con fines belicosos, excluyendo aquellos que no dependan de la voluntad de la cadena. Entre 2002 y 2008 se impusieron 45 sanciones por este motivo a las diferentes televisiones, por un importe de 3,92 millones de euros.

Constantemente, una empresa privada visiona todos los canales de televisión y comprueba que lo que se emite es lo que estaba programado y publicado. Si hay diferencias, la empresa informa a la sección correspondiente en la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, donde se comprueba la infracción y se imponen las sanciones pertinentes.

Si tú mueves ficha...

La semana comenzó con la serie Aída, de Telecinco, pasando al martes, y quedándose con el día de Gran Hermano, que pasaba así a emitirse el miércoles. Ese mismo día debía ir el capítulo final de El Internado, de Antena 3, que pasó al jueves, para competir con un estreno previsto en Telecinco, Acusados, que no se producirá de momento.

Tras una disputa con TVE, Telecinco se hizo con los derechos de emisión del partido Barcelona-Atlético de Madrid de la Copa del Rey, que retransmitirá esta noche, por lo que movió de nuevo la semifinal de Gran Hermano, esta vez al jueves, donde se enfrentará finalmente con El internado.