Representantes de los vecinos del edificio Volante, en cuya planta baja se encuentra la Oficina Única de Extranjería de Murcia, se reunieron ayer con el delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, porque "ya no aguantamos más".

Tanto las 26 familias que viven en el edificio, como las 150 de los edificios colindantes, se quejan desde el año 2000. "Hay ruidos desde altas horas de la madrugada por las colas para pedir papeles, riñas entre los inmigrantes y suciedad de la zona", explicó ayer Mauricio Arrabal, presidente de la comunidad de propietarios del Volante.

Más de 500 inmigrantes hacen cola al día para renovar sus papeles. «Cuando vamos a sacar el coche no podemos y hay que esperar a que se aparten», dice Federico Hernández, un vecino afectado.

Andamios en la sede

Pero el problema de hacinamiento en la oficina de Extranjería se puede agravar. Los vecinos están obligados a proteger el perímetro del edificio con andamios por el desprendimiento de cornisas.

Por su parte, la Delegación del Gobierno aseguró ayer que en unos meses espera que se pueda producir el traslado al polígono Cabezo Cortao. "Hace falta terminar una rotonda, parada de bus y aparcamientos", dicen.