La 'Operación Fruta', el nuevo golpe de la Guardia Civil a la trata de seres humanos en España

  • Se ha realizado en Sevilla, en la Vega del Guadalquivir, este miércoles.
  • La red tenía carácter internacional, ya que contaba con abundante infraestructura en terceros países.
Operación Fruta de la Guardia Civil.
Operación Fruta de la Guardia Civil.
GUARDIA CIVIL
Operación Fruta de la Guardia Civil.
La Guardia Civil, en el marco de la operación “Fruta”, desarrollada en Sevilla ha desmantelado una organización criminal asentada en la Vega del Guadalquivir dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación laboral, favorecimiento de la inmigración irregular, falsedad documental y blanqueo de capitales.La investigación se inició a principios del presente año, tras tener conocimiento la Guardia Civil del posible asentamiento de organizaciones criminales dedicadas a la explotación laboral en el campo, por la zona de la comarca de la Vega del Guadalquivir.Una vez en nuestro país, las víctimas entregaban su documentación y eran alojadas en domicilios en condiciones infrahumanas donde eran sometidos a un estricto control.

La Guardia Civil, en el marco de la operación “Fruta”, ha desmantelado este miércoles una organización criminal asentada Sevilla, en la Vega del Guadalquivir, que se dedicaba a la trata de seres humanos con fines de explotación laboral, favorecimiento de la inmigración irregular, falsedad documental y blanqueo de capitales.

La investigación se inició a principios del presente año, tras tener conocimiento la Guardia Civil del posible asentamiento de organizaciones criminales dedicadas a la explotación laboral en el campo, por la zona de la comarca de la Vega del Guadalquivir.

Tras las primeras gestiones, los investigadores pudieron detectar en la localidad de Brenes la actividad de una organización dirigida por un ciudadano de nacionalidad rumana que captaba a inmigrantes en sus países de origen para trasladar e introducir en territorio nacional a personas a los que se les aseguraba un trabajo en explotaciones agrícolas.

Vivían en condiciones infrahumanas

Una vez en nuestro país, las víctimas entregaban su documentación y eran alojadas en domicilios en condiciones infrahumanas donde eran sometidos a un estricto control.

Igualmente, estas personas eran forzadas a trabajar largas jornadas, por las que no cobraban o cobraban míseros sueldos que apenas servían para cubrir la propia manutención. Además, la organización obtenía importantes beneficios gracias a las rentas que se veían obligadas a pagar dichas personas por su alojamiento en pisos de la organización.

En los casos en los que los inmigrantes trataban de escapar de esta situación, el líder de la organización se negaba a devolverles la documentación, llegando a amenazarles para que no acudiesen a las autoridades a denunciar su situación.

Uso de identidades para crear sociedades

Asimismo, la organización empleaba las identidades que obtenía de las víctimas para crear sociedades sin conocimiento de ellas, a través de las que canalizaban los beneficios obtenidos, que ascendían hasta 30.000 euros al mes. Además, contaban con una asesoría local que les facilitaba los trámites, falsificando la documentación con la que justificaban los movimientos de dinero desde las cuentas bancarias.

Cabe destacar que la red tenía carácter internacional, ya que contaba con abundante infraestructura en terceros países, en los que invertiría gran parte de las ganancias.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento