Benedicto XVI ha dicho este lunes que la "grave" crisis económica que padece el mundo está enlazada con una crisis "estructural, cultural y de valores" y que sólo con un estilo de vida basado en la sobriedad, la solidaridad y la responsabilidad se puede construir una sociedad más justa y un futuro mejor.

El Papa hizo estas afirmaciones en el discurso que dirigió al presidente de la Región del Lazio, Pietro Marrazo; al alcalde de Roma, Gianni Alemanno, y al Presidente de la Diputación de Roma, Nicola Zingaretti, a los que recibió para el tradicional intercambio de felicitaciones por el año nuevo.

El Obispo de Roma afirmó que para salir de la crisis es necesario que se superen las divisiones y se diseñen proyectos estratégicos para los años futuros, inspirados en los principios y valores que forman parte del patrimonio de los pueblos.

El Papa Ratzinger subrayó que es necesaria una sinergia entre todas las instituciones para ofrecer respuestas a las crecientes necesidades de las gentes. "Pienso en las familias, especialmente en aquellas con hijos pequeños que tienen derecho a un futuro tranquilo, y en los ancianos, muchos de los cuales viven en soledad y condiciones preocupantes. Pienso en la falta de viviendas, en la falta de trabajo y en el paro juvenil y en la no fácil convivencia entre grupos étnicos, en el gran problema de la inmigración y de los gitanos", afirmó.

El nihilismo de los jóvenes

El Pontífice señaló que la obligación del Estado es adoptar las políticas sociales y económicas, y la de la Iglesia estimular la reflexión y la formación de las conciencias de todos los fieles.

Por otro lado, Benedicto XVI denunció el nihilismo "que invade de manera creciente" el mundo juvenil y la banalización por parte de los jóvenes de los valores naturales y cristianos, y reiteró la necesidad de iniciativas "serías para que comprendan el valor de la vida".