La comunidad islámica en Euskadi reclama al Servicio Vasco de Salud que incluya las operaciones de circuncisión en sus prestaciones médicas. La inteverción consiste en la extirpación del prepucio del pene.

Este colectivo, que en el País Vasco llega a las 20.000 personas, recuerda que para ellos esta intervención "no es un capricho, sino algo obligatorio".

Según publica hoy El Correo , cada año 350 niños vascos de religión musulmana se someten a esta operación en clínicas privadas. Cuesta entre 2.000 y 3.000 euros, según relata Ahmed Elhanafy, presidente de la unión de comunidades islámicas del País Vasco.

Él mismo tuvo  que llevar a su hijo a operarse a Murcia porque ningún médico de la red pública vasca se prestaba a hacerlo. A la vuelta, el niño sufrió una severa hemorragia, y tuvo que ser atendido en urgencias de un hospital vasco.

Se sienten "discriminados". Lamentan tener que pagar cantidades económicas inalcanzables en muchos hogares inmigrantes. En ocasiones, aprovechan las vacaciones en sus países de origen para realizar las circuncisiones.

Osakidetza no acepta realizar circuncisiones salvo por motivos médicos.

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