Piel humana con denominación asturiana

  • Sólo un centro en toda España cultiva piel humana.
  • Unos 20 pacientes se realizaron injertos este año.
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El Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias (CCSTA) es el único centro en España dedicado al cultivo de piel humana.

Cada año, genera entre 50 y 60 metros cuadrados destinados a reponer los tejidos dañados de los enfermos ingresados en las unidades de quemados de los hospitales nacionales.

Dicha entidad trabaja en colaboración con el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y, desde que comenzó su actividad en 1994, se dedica a conseguir piel humana gracias a cultivos celulares e ingeniería tisular a partir de una pequeña porción de la piel -de sólo unos tres centímetros cuadrados, en función del porcentaje de tejido quemado- no afectada del propio paciente.

Según explicó el coordinador del banco de tejidos del centro, Alvaro Meana, el procedimiento es "muy sencillo" y dura unas tres semanas en función de la cantidad que se necesite.

"Se obtienen las células de que hay vivas de la muestra de piel sana y se aumentan 'in vitro' durante 10 ó 12 días para luego ser montadas en estructura tridimensional --de plasma humano coagulado donde están inmersas las células-- que se parece mucho a la piel".

Este montaje suele durar otros 10 ó 12 días y tras él se puede multiplicar hasta por 2.000 ó 3.000 la cantidad inicial de piel de que se disponía, con lo que se podría reponer un alto porcentaje de la superficie del organismo humano.

No obstante, nunca es necesaria tanta piel ya que, mientras se desarrolla este proceso, intentan cerrar las heridas mediante métodos "más tradicionales" como la colocación de injertos de malla.

El último paso es colocar el tejido recién creado sobre la parte quemada una vez ésta está limpia, sobre la que se fija por las propias células que van "reconquistando" la herida a través de un proceso de vascularización, aunque, según advierte Meana, "a veces se pega y otras no".

En ello juega un papel importante la edad del paciente y el deterioro que ha sufrido la piel hasta que recibe el injerto, ya que la tasa de mortalidad de estos enfermos es muy alta. De hecho, a lo largo del año reciben unas 30 biopsias de las que un 20 por ciento no se llegan a poner porque "los pacientes se mueren antes".

A lo largo del año se realizan injertos para unos 20 pacientes procedentes de las unidades de quemados de referencia de toda España.

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