[NUEVA SECCIÓN] David Bravo nos cuenta 'Mi vida en películas'

A partir de esta semana, la web de CINEMANÍA te ofrece una nueva sección fija: Mi vida en películas. Siguiendo el ejemplo de nuestra edición en papel, pero con un enfoque más internauta, traeremos regularmente a personalidades de la vida cultural española para que expliquen sus pasiones cinéfilas más y menos confesables. Para inaugurar Mi vida en películas es un honor contar con David Bravo (Sevilla, 1978), abogado especialista en derecho informático, autor del volumen Copia este libro y uno de los principales adalides del copyleft y la libre circulación de información en nuestro país. Aquí tenéis sus recuerdos de celuloide.

La Historia Interminable. Me encantó. El Oráculo del Sur, la vieja Morla, Fujur, el pantano de la tristeza, la nada... Impresionante.

Veredicto Final, creo que es la película que mejor refleja las dificultades de enfrentarse a grandes bufetes de abogados. Y Paul Newman está genial, como era su costumbre.

La Red Social, hay pocas películas sobre internet donde elegir, pero ésta es que creo que fue la mejor película del año pasado. David Fincher no hace más que encadenar una obra maestra tras otra.

Sí, Entrar por detrás. Puede que ni exista, pero cuando era pequeño en mi vídeo comunitario la llamaban así y la echaban todas las noches. Todas. Podría recitarte los diálogos de memoria. Sus tres diálogos.

No sé si se le puede llamar clásico, pero Forrest Gump. ¿Qué es eso de que ganara el Oscar por encima de Cadena Perpetua y, sobre todo, Pulp Fiction? ¿Fue una especie de broma?

Los documentales ¡Copiad, Malditos! y Cineastas contra magnates. El primero, por lo bien que trata los conflictos relacionados con la propiedad intelectual, y el segundo por cómo refleja la lucha de los cineastas por la integridad de su obra contra aquellos que las explotan en el mercado y que tienen como única preocupación la maximización del beneficio.

Robert de Niro, lástima que prácticamente dejara de elegir sus papeles después de hacer Heat.

Julio Medem. No empezó mal del todo, pero ahora flota más de la cuenta hasta el punto de que me resulta ya un poco molesto