Los laboratorios advierten sobre falsos negativos en cribados masivos con test de antígenos

Una mujer llega para realizarse un test de antígenos en Vallecas
Una mujer llega para realizarse un test de antígenos en Vallecas
RRF
Una mujer llega para realizarse un test de antígenos en Vallecas

Los jardines de la Casa Blanca, la residencia oficial del presidente de Estados Unidos, reunieron el pasado 26 de septiembre a 150 personas. El acto estaba destinado a presentar la nominación de Amy Coney Barret como jueza del Tribunal Supremo, pero acabó convirtiéndose en un “evento supercontagiador” de la Covid-19, cuyo más insigne damnificado fue el propio presidente, Donald Trump.

Todos los asistentes a ese evento fueron controlados a su inicio con un test de antígenos, la estrategia que seguía habitualmente la Casa Blanca para salvaguardar la seguridad sanitaria del presidente y su entorno. Sin embargo, alguno de los asistentes tuvo necesariamente que dar un falso negativo, uno de los grandes riesgos de estos test cuando se realizan con pacientes asintomáticos.

“Si da positivo, está claro que el paciente tiene el coronavirus, pero si da negativo, no quiere decir que no lo tenga”, declara Santiago Martínez del Olmo, presidente de la Asociación Nacional Empresarial de Laboratorios Clínicos (Anlac), que ha lanzado una campaña para advertir de los riesgos de la utilización de este tipo de tests, más rápidos y baratos que las PCR, de manera inapropiada.

“Lo primero es hacer una interpretación correcta del resultado, lo segundo es que lo haga personal que esté experimentado y, en tercer lugar, manejar los residuos de una manera adecuada”, señala Martínez del Olmo.

No recomendados en zonas de “baja prevalencia”

Los tests de antígenos fueron ampliamente rechazados por la comunidad científica al comienzo de la pandemia por su baja fiabilidad, pero una segunda generación más desarrollada ha irrumpido con fuerza desde septiembre en las estrategias de control epidemiológico de muchos países.

La OMS recomienda no usar este tipo de test en pacientes asintomáticos, excepto si son contactos de positivos confirmados, ni en zonas o poblaciones con una “baja prevalencia estimada de la enfermedad”.

En España, su uso se ha extendido para hacer cribados masivos por parte de algunos gobiernos autonómicos, como el de la Comunidad de Madrid, pero los laboratorios clínicos advierten de los riesgos de esta estrategia con unos tests con una fiabilidad inferior a los PCR, especialmente en pacientes asintomáticos o presintomáticos.

“Los asintomáticos no son identificados por los antígenos y dan falso negativo”, declara un portavoz del laboratorio Synlab. “El resultado va a ser que la persona piense que no tiene el coronavirus y se convierta en un foco de infección, porque crea una falsa seguridad”.

No son apropiados para el autodiagnóstico

El doctor Rafael Cantón, portavoz de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas y de Microbiología Clínica (SEIMC), no se opone, por su parte, al uso de este tipo de test en cribados masivos, siempre que no se usen como un diagnóstico individual de los pacientes.

“El valor que tienen esos resultados son para dimensionar la epidemiología en la población que vas a estudiar, pero no se deben utilizar para hacer intervenciones individuales”, señala el doctor Cantón.

En lo que sí coinciden plenamente tanto los laboratorios clínicos como los médicos es en que los tests de antígenos, en su actual formato, no son apropiados para el autodiagnóstico.

“Lo tiene que hacer un profesional y en esa operación se pueden formar aerosoloes, por lo que tiene que estar controlada”, declara el doctor Cantón. 

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