Un gran pez sierra de casi 4 metros y 170 kilos se incorpora al Oceanogràfic tras una travesía desde Suecia

El Oceanogràfic de València ha integrado con "total éxito" un nuevo animal de "extraordinaria belleza y de imponente envergadura": Carla, un pez sierra adulto, hembra, de casi 170 kilos y cerca de cuatro metros de largo, que se ha adaptado al hábitat Océanos después de realizar de punta a punta de Europa un viaje que "nadie había llevado a cabo hasta ahora".
El Oceanogràfic incorpora un gran pez sierra de casi cuatro metros y 170 kilos
El Oceanogràfic incorpora un gran pez sierra de casi cuatro metros y 170 kilos
OCEANOGRÀFIC - Archivo
El Oceanogràfic incorpora un gran pez sierra de casi cuatro metros y 170 kilos

Del Universeum (Suecia) al Oceanogràfic (España) hay cerca de 2.800 kilómetros y casi 60 horas, la distancia y el tiempo que recorrió el pez sierra (Pristis pristis) en un camión, dotado de adelantos tecnológicos de localización, contacto, seguridad y bienestar, dentro de un tanque de dimensiones "extraordinarias": 5,5m x 2,3m y 14.000 litros, ha detallado el acuario en un comunicado.

El traslado debía estar minuciosamente preparado y organizado, porque en este tipo de intervenciones es crucial invertir el menor tiempo posible en cada una de las etapas de todo el proceso con el objetivo de minimizar el stress y asegurar su bienestar, ha explicado el Oceanogràfic.

Carla llegó a las puertas del Oceanogràfic a las 11 de la noche del 19 de junio de 2019. Para que todo eso ocurriera con fluidez hubo de diseñarse "uno de los transportes de animal más complejos de los que hay constancia en Europa y el mundo".

Se trata, ha afirmado el Oceanogràfic, de "una auténtica obra de ingeniería biológica y logística, posible gracias a las empresas especializadas Cairns Marine y DeJong Marinelife, y a la orquestación y buen trabajo de un equipo de profesionales de distintas especialidades y departamentos, que superaba el número de 30 miembros".

Veterinarios, acuaristas, biólogos, buceadores, cuidadores y transportistas conocían y habían ensayado todas las posiciones, movimientos y supuestos que podrían darse en el traslado de este animal desde su origen, el complejo sueco Universeum.

LLEGADA DE CARLA

Nada más llegar a las puertas del Oceanogràfic, todo el conjunto de profesionales se aprestó a realizar su papel con especial atención. Lo primero, abrir el tanque del transporte y tomar de inmediato datos del estado del animal, "que se mostraba tranquilo", y de los parámetros del agua.

Allí, se procedió a medir a Carla y extraer las primeras muestras para conocer su estado de salud. ·Una oportunidad única que no podían desaprovechar quienes hacen de su vida el conocimiento profundo y sanitario de estos animales, teniendo como objetivo su bienestar", ha valorado el Oceanogràfic.

PÚBLICO INFANTIL EN EL ÚLTIMO TRAYECTO

Luego se abrieron las puertas hacia el gran espacio de Océanos, de siete millones de litros de agua, y los mismos buzos guiaron en formación a Carla, acompañándola hasta que quedó depositada en el suelo.

Carla llegó a su nuevo hogar, casualidad, entre la admiración somnolienta de los niños y niñas que pasaban esa noche entre tiburones.

La cohorte de buceadores que la rodeaban a una prudente distancia y los miembros del equipo, al otro lado del acrílico, esperaron para ver la reacción del animal, "reposado y quieto" y que finalmente dio una señal positiva, a los 20 minutos.

UNA LLISA PARA EMPEZAR UNA NUEVA VIDA

A partir de entonces comenzó el trabajo del equipo de Océanos para favorecer su adaptación al nuevo territorio y la vigilancia "constante" de veterinaria.

La alimentación es el principal vehículo y síntoma de adaptación, de modo que se fue probando con distinto pescado variado hasta que finalmente el ejemplar se animó, curiosamente, con un pez muy típico del Mediterráneo. Fue la trabajadora del equipo de Océanos Carla la que lo dio a probar y a partir de ahí comenzó la nueva vida del pez. Por eso, el animal de Suecia lleva por nombre Carla.

Actualmente tiene una dieta muy variada, con piezas de gran tamaño de merluza, caballa, bacalao, jurel dentón, pota, pescadilla, salmón, bonito, brótola, congrio y, por supuesto, "llisa" o mújol, en la cantidad de un kilo diario de lunes a viernes. Todo su alimento está registrado fielmente, incluidas las vitaminas.

NOCTURNO Y CON CARÁCTER

La vida de Carla es, según explica el Ocranogràfic, "pausada". Se relaciona con el otro pez sierra que habita Océanos, Mr. Jasson, un macho de una especie diferente, Pristis zijsron, por lo que no podrán tener una relación reproductora, si bien supone en un hito para el Oceanogràfic ya que muy pocos centros pueden mostrar dos animales en un mismo hábitat.

Carla es un animal de carácter preferentemente nocturno. De día se mantiene parada en el fondo en su zona favorita, aunque atenta a cualquier agresión, y no duda en utilizar su hocico hipersensible de escamas dentales, que le permite detectar el movimiento e incluso el latido de presas enterradas.

Por ello se hubo de diseñar un sistema de alimentación especial, un palo en forma de "ele" notablemente largo con una brida para sujetar la pieza con el fin de evitar que se golpee al intentar capturar la presa, ya que puede utilizar furiosamente su hocico.

Por el tamaño que tiene y puede llegar a alcanzar, la estrategia de alimentación ha buscado que el animal no relacione a los buceadores con la comida, por lo que se le administra desde fuera del agua, de modo que nunca se les acerca mientras bucean.

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