Las vías urbanas vuelven a ser la asignatura pendiente en la siniestralidad gallega un año más. Los 41 fallecidos durante el pasado año en estos tramos representan un aumento del 24% con respecto a las cifras registradas durante 2007.

Frente a este balance, la Dirección General de Tráfico (DGT), está dispuesta a promover medidas más dura en materia de sanciones, que llegarán además a los peatones. "Desde luego, habrá que hacerlo", aseguró esta mañana Pedro Pastor, jefe provincial de la DGT, que presentó las estadísticas junto al delegado del Gobierno, Manuel Ameijeiras.

Muchos de estos accidentes en tramos urbanos tienen que ver con atropellos, y en el Parlamento ya se tramita un nuevo reglamento que contempla multas mayores también para conductores, y que incluirá sanciones de 6.000 euros por llevar un detector de radares en el vehículo, además de tres meses de retirada de permiso. Por su parte, el taller que los instale en los vehículos se arriesga a multas de hasta 30.000 euros.

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