"Ahora es Marchena quien no quiere presidir el CGPJ. Si no, el acuerdo entre PSOE y PP habría sido más fácil"

  • La periodista Carmen Remírez de Ganuza disecciona al juez del procés en 'Marchena. El Poder de la Justicia'.
  • "Antes del procés, se creía que Marchena estaba vinculado a la derecha, ahora se cree que está más vinculado a la izquierda"
  • "Si Machena imputara a Iglesias se convertiría en la bicha de Unidas Podemos y sería objeto de muchas campañas en Internet"
El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo, Manuel Marchena, durante el juicio contra el procés.
El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo, Manuel Marchena, durante el juicio contra el procés.
Emilio Naranjo / EFE
El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo, Manuel Marchena, durante el juicio contra el procés.

La sentencia del procés que se dictó este miércoles hace un año reveló un protagonista inesperado. El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo y del tribunal, Manuel Marchena. Sus comentarios irónicos, sus advertencias a las defensas y la rectitud con la que defendió el rigor legal le convirtieron por momentos en el protagonista de un juicio que se transmitió por televisión y que llegó a alcanzar una cuota de pantalla de un millón de espectadores.

La periodista Carmen Remírez de Ganuza disecciona a este magistrado desde el punto de vista personal y profesional en "Marchena. El poder de la Justicia", donde defiende la independencia de un juez al que en principio se atribuye el perfil de conservador pero que, defiende la autora, se revuelve contra las etiquetas. En dos ocasiones acarició convertirse en presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la autora no da por cerrada la posibilidad totalmente. Marchena es el único capaz de concitar el difícil acuerdo entre PP y PSOE, aunque es ahora el magistrado quien no quiere el puesto.

Juego de Tronos’ se queda en nada en comparación con las filias y fobias entre jueces y estos y los políticos que relata en su libro.

Los poderes del Estado no son burbujas, están formados por élites funcionariales que se relacionan como el común de los mortales. Es normal que en unas carreras que tienen vasos comunicantes se produzcan afinidades, desencuentros, todo tipo de relaciones. Yo no creo que este tipo de realidad haya que ocultarla como si fuera un pecado. La transparencia de la democracia obliga a contar estas cosas y al mismo tiempo hacer la crónica de cómo, pese a todo esto, el trabajo de los jueces es honesto e independiente. Comprendo que un lector que no se ha acercado nunca al mundo judicial se deje asombrar. Pero no solo muestro esa realidad, lo que digo es que pese a esa realidad, el trabajo al final es lo bastante honesto e independiente como para estar orgullosos de ese Estado de derecho.

Marchena es íntimo amigo del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y también lo es del exministro Rafael Catalá. ¿Son cosas que se tratan de ocultar?

A lo mejor nadie se ha puesto a investigar. Por ejemplo, se me ha preguntado también sobre que Marchena ha sido amigo del fiscal jefe de Cataluña, que acusó a Torra y pidió su inhabilitación. No hay que ocultar eso pero no significa que vaya a actuar en favor suyo. Uno de los amigos más antiguos de Marchena es el fiscal Jaime Moreno, que es de los que más apoyó la tesis de la rebelión y sin embargo Marchena no le dio la razón. Le querrá como un amigo del alma, pero no solo no le dio la razón sino que apenas cruzó palabra con él durante el juicio. La cercanía al poder de esta élite funcionarial les hace a todos estar muy conectados, tienen muchas posibilidades de coincidir pero eso no impide que cada uno ejerza su función.

¿Qué tipo de juez era Marchena antes del juicio del procés?

Ha habido jueces mucho más expuestos a las vistas públicas y a los juicios. Su carrera estaba mucho más enfocada al estudio, a los informes. Él llegó al Supremo siendo fiscal y su carrera de fiscal la ejerció en la Secretaría Técnica de la Fiscalía General, el lugar donde se cuecen los informes de la acusación pública y se reparten instrucciones a toda España. No se ha enfrentado directamente en estrados a un abogado defensor siendo fiscal ni se ha sentado muchas veces al frente de un tribunal. Lo ha hecho más bien hacia el final de su carrera, pero realmente no ha tenido una experiencia en estrado como otros jueces.

Y el juicio del procés le catapultó a la fama

Fue un caso muy, muy singular y por eso me animé a escribir el libro. No había habido precedentes en España de un juez que hubiera alcanzado ese nivel de conocimiento y se hubiera transformado en tan poco tiempo en un referente de carácter nacional identificable con el estado constitucional. Después de unos años en que la ciudadanía se había visto muy machacada psicológicamente por el desafío soberanista en Cataluña, de repente descubrieron que había altos funcionarios del Estado que podían defender con dignidad el funcionamiento del Estado de Derecho.

"El juicio del procés fue muy singular. No había precedentes en España de un juez que hubiera alcanzado ese nivel de conocimiento"

Según dice, el juicio llegó a alcanzar un ‘share’ de un millón. ¿Marchena es comparable con el juez ‘estrella’ Baltasar Garzón, a pesar de que no se llevan bien?

Marchena no ha sido un juez estrella, brilló el tiempo que duró el juicio, ahora ha vuelto a su cometido que es mucho más discreto que un juicio viral. La razón de que no se lleven bien [con Garzón] es que fue Marchena quien le arrebató desde el Supremo la condición de juez. Son dos caras completamente antagónicas de la función judicial. Garzón tuvo grandes éxitos al principio. Por ejemplo fue el primero que vio la manera de combatir judicialmente a ETA. Pero luego alcanzó tal poder que empezó a cometer errores técnicos insalvables. Marchena tiene un autocontrol muy superior y sobre todo intelectual y doctrinalmente. La diferencia es abismal.

Dice de Marchena que fue el “sacerdote” de la “salomónica” sentencia. ¿Deben atribuírsele errores como la cuestión prejudicial a Luxemburgo sobre los efectos de la elección de Junqueras como eurodiputado? ¿O si el Tribunal Constitucional o el de Estrasburgo admiten los recursos de los condenados?

Marchena ha sido clave pero no ha sido ningún llanero solitario. Ha sido la argamasa de la unanimidad en la Sala, que es muy importante para el Tribunal y la solidez de la sentencia. Si el Constitucional o Estrasburgo arañaran algún aspecto de la sentencia es evidente que el Supremo y Marchena quedarían desgastados. Pero no sería solo Marchena, sería toda la cúpula de lo Penal del Derecho.

Si el Constitucional o Estrasburgo arañaran algún aspecto de la sentencia, el Supremo y Marchena quedarían desgastados"

También fue quién plasmó en la sentencia el término “ensoñación” para describir el proceso mental de los políticos catalanes, en lugar de un acto de rebelión contra el Estado. Lo plantea como un error, ¿por qué?

La palabra “ensoñación” es aportada directamente por Marchena, se refiere a que no hubo un acto de rebelión propiamente dicha sino un intento de presión negociadora frente al Gobierno español que acabó en desestimiendo, porque la independencia duró segundos. Esta tesis generó mucho desconcierto, tanto a los partidarios de que hubiera una sentencia más clara en torno a la rebelión como los que pretendían que las penas fueran más livianas. Fue una de las cosas que hizo derribar el mito que se había montado en torno a Marchena.

Marchena vio claramente el delito de sedición, no de rebelión, y eso que se le identifica como un juez de perfil conservador.

Eso fue parte del desconcierto. Todo el mundo esperaba que hiciera honor a su etiqueta de conservador. Mi tesis es que tiene tendencia a romper con las etiquetas que se le atribuyen. Antes de la sentencia, la renuncia a la presidencia del CGPJ tras el whatsapp de Cosidó. No podía admitir bajo ningún concepto que se creyera que estaba vinculado la PP, como no podría soportar que el PSOE lo hubiera hecho suyo. Ahora estamos más en esa tesis. Si antes del procés se creía que Marchena estaba vinculado a la derecha, ahora se cree que está más vinculado a la izquierda porque calificó de “ensoñación” el desafío secesionista. Y ambas imágenes son falsas por que si hay algo que tiene Marchena es un prurito de independencia que desafía a cualquier ideología. No se puede esperar de él que sentencie siempre a favor de uno o de otros, la cosa es mucho más compleja. Marchena es un juez independiente.

Se cumple un año desde la sentencia y los condenados podrían quedar en libertad si se rebaja la pena de sedición en la reforma del Código Penal que prepara el Gobierno. ¿Es un final justo para un juicio y una sentencia como los del procés?

Me parece una reforma improcedente porque está dirigida a la exculpación y liberación de unos señores que han sido enjuiciados por uno de los poderes independientes del Estado. El Gobierno está intentando legislar a la carta. Pero esto no afecta al trabajo de los jueces, que no van a protestar por que el Ejecutivo haga eso. Porque igual que hay que conferirle un poder independiente a la Justicia, también hay que conferírselo al Gobierno. Lo que tiene que hacer es conseguir la mayoría en el Parlamento para llevar a cabo sus reformas. Y los jueces tendrán que someterse a esa ley y aplicarla.

"Si el Gobierno reforma el Código Penal, los jueces no van a protestar. Tendrán que someterse a esa ley y aplicarla"

En su libro apunta claramente a que Marchena tendrá una segunda oportunidad para presidir el CGPJ y el Supremo, que PP y PSOE volverían a proponerlo.

Segunda no, tercera. El 2013, justo antes de que eligieran a Lesmes, Rajoy quiso que Marchena fuera presidente del Supremo pero Rubalcaba lo vetó. Y su segunda oportunidad llegó poco antes del whatsapp de Cosidó, cuando estuvo a punto. Ahora se presenta la tercera ocasión en la que el negociador, el ministro de Justicia, es amigo de Marchena y Enrique López [del PP] también lo ha apreciado y avalados siempre. Ahora lo que pasa es que las circunstancias han cambiado y ahora el que no quiere es Marchena. A mí me consta que esta tercera oportunidad era muy real y todavía está abierta y que el ‘no’ de Marchena ha tenido algo que ver con la ruptura de las negociaciones de agosto.

Si hubiera dicho que sí habría habido un acuerdo entre el Gobierno y el PP para renovar el CGPJ?

Yo creo que habría sido más fácil.

Si el Gobierno cambia las mayorías para poder hacerlo con sus socios de investidura, ¿ERC aceptaría a Marchena o la única manera sería un acuerdo PSOE-PP?

Por supuesto. Creo que la disrupción no sería tanto el rechazo de los independentistas sino las dificultades que traería el socio de Gobierno, Podemos. No solo son los independentistas, creo que la nueva política viene también a complicar esto que antes habría sido más fácil

Si el Supremo termina imputando a Iglesias, el caso va a la Sala de lo Penal que preside Marchena. ¿Está preparado para estar otra vez en el candelero?

Está hiperpreparado. Marchena y el resto de los jueces del Supremo están acostumbrados a lidiar con asuntos de mucho impacto político y social porque son ellos los que juzgan a los políticos. Luego preparado, de sobra. Lo que vaya a decir Marchena y el resto de la Sala lo desconozco, pero no tengo duda de que si es favorable a Pablo Iglesias será criticado por la derecha y al revés sobre todo.  Si imputara a Iglesias sería convertido en la bicha de Unidas Podemos y sería objeto de muchas campañas en Internet como está siendo objeto García Castellón

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