Una experta de la UCAV señala la formación integral de la persona como "el verdadero desafío" en la era COVID

La coordinadora del Grado de Maestro en Educación Primaria de la UCAV, Victoria Eugenia Lamas, ha manifestado que "el verdadero desafío educativo en la era COVID-19 es la formación integral de la persona".

En un comunicado remitido a Europa Press, Lamas ha explicado que "todo el equipo educativo parece centrado en tratar de dar respuesta a las indicaciones de las diversas consejerías de Educación, además de tratar de adaptar metodológicamente la enseñanza a un entorno flexible en el que pueda impartirse la clase en modalidad presencial, semipresencial y online", sin bien "la preocupación de muchos maestros va mucho más allá" porque "no son las formas, no es la metodología; lo que preocupa es la formación integral de la persona".

"Muchos de nosotros nos preguntamos cómo dar respuesta al nuevo desafío de una generación que en una etapa como es la Educación Primaria, en que la socialización es realmente importante, ha tenido que estar confinada en casa, con situaciones a nivel personal, familiar y socio-económico muy complejas", ha señalado.

Por ello, indica que "es tiempo de aprender y de transmitir a los pequeños, que aunque no pueda compartir mis cosas materiales", por lo que ha hablado de la necesidad de "aprender a enseñar con cariño y con amor a cada uno de nuestros alumnos, de manera personal y única".

Para Lamas, "es el momento de rescatar aquellas propuestas que nos hagan ir a lo interior". A este respecto, la profesora de la UCAV propone "un principio y cuatro puntos cardinales de la pedagogía del padre Tomás Morales", cuyo legado "sigue dando muchos frutos en la actualidad", para el que "el principio educativo es el del hacer-hacer y los cuatro puntos cardinales son: el cultivo de la reflexión, la mística de exigencia, el espíritu combativo y la escuela de constancia".

"Hacer-hacer es despertar esas energías latentes que duermen en el corazón de todo joven", apunta explicando que "educar en la responsabilidad y en la libertad, despertando en el corazón de los niños un ideal buscando siempre el bien de los demás" y "tratar de responsabilizar a cada niño de pequeñas tareas tanto en casa como en el colegio, en bien de los demás".

"La escuela de constancia, se enfoca al trabajo continuado de esas virtudes que queremos estimular en los alumnos, precisamente porque son medulares en la educación, y porque nos permiten generar esos vínculos persona a persona, alma a alma, que van más allá de lo material", ha indicado.

"Enseñar a pensar y a hacerlo con profundidad -ha añadido- nada de lo anteriormente aludido tiene validez si no observamos nuestra realidad concreta, detectamos las necesidades educativas y el modo de afrontarlas". "Tampoco podemos ser buenos maestros si cada día no nos paramos a pensar cómo podemos mejorar", ha concluido.

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