Para la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), "no podía haber mejor premio a varias décadas de denuncia primero, y trabajo después, para evitar la destrucción de Calblanque por desarrollos urbanísticos en su día, y regular el uso público más recientemente".

El objetivo de ANSE este tiempo ha sido "favorecer la conservación y recuperación de la biodiversidad y de especies que estaban muy cerca, pero que muchas personas jamás pensaron que llegarían a criar tan pronto".

La primera puesta conocida de tortuga boba (Caretta caretta) en tiempos recientes en la Región de Murcia terminó con 21 hermanos, todos machos, de un año de edad nadando libres frente a las costas del Sureste de la Península Ibérica.

Seis de ellos están equipados con sistemas de seguimiento por satélite para conocer su supervivencia y desplazamientos. Tres de los emisores han sido financiados por la Comunidad y otros tres por ANSE, con la colaboración de la Universidad Politécnica para la recepción de los datos de satélite. Los animales se marcaron este martes en las instalaciones del Oceanografic en Valencia.

La Asociación tiene previsto informar a los participantes en el seguimiento de la anidación de tortugas marinas en las playas de la Región de Murcia y colaboradores de la Red de Voluntariado de Tortugas Marinas durante los próximos meses sobre los desplazamientos de las tortugas equipadas con radioemisores.

Además, ANSE promoverá a través de su página web el apoyo económico al proyecto de seguimiento mediante marcas de satélite para cubrir los aproximadamente 4.500 euros de coste del programa.

La información recopilada hasta el momento mediante el seguimiento de satélite de tortugas juveniles mantenidas en cautividad durante el año posterior a su nacimiento, y liberadas en diferentes playas de la Comunidad Valenciana principalmente, ha mostrado que la dispersión de estos animales es muy diversa.

Aunque algunos animales permanecen en aguas del sureste, alejadas de la costa, otros han realizado largos desplazamientos que les han llevado a las costas de Marruecos. El seguimiento de un mayor número de ejemplares durante este y próximos años podría aclarar si existen áreas preferentes para la dispersión de estas tortugas jóvenes y si coinciden o no con las áreas de distribución de subadultas en el Mediterráneo Occidental.

En la liberación de este miércoles ha participado personal del Centro de Recuperación de Fauna del Valle, técnicos de la Dirección General del Medio Natural y Agentes Medioambientales y técnicos y voluntarios de ANSE, de la asociación Calblanque, de la asociación vecinal Las Cobaticas-Las Jordanas y de Procabo, así como un grupo de escolares que ha sido testigo del histórico acontecimiento a lo largo de varios turnos de suelta para cumplir con la normativa sobre el Covid-19.

Aunque algunas de las tortugas han tardado un poco en orientarse y alejarse de la orilla, e incluso una de ellas ha vuelto y ha sido encaminada de nuevo al agua, la mayoría se ha dirigido pronto mar adentro para ganar profundidad y alejarse de la costa, seguramente en muy diversas direcciones.

ANSE espera que las pequeñas tortugas sean capaces de librarse de las diferentes amenazas, principalmente de origen humano -anzuelos, redes, basuras marinas o barcos- que se encontrarán en las aguas del Mediterráneo Occidental, y dentro de unos años vuelvan para encontrar pareja y contribuir a que la tortuga boba consolide una población reproductora en las costas mediterráneas españolas.

"Ojalá que en los próximos años el número de puestas se incremente poco a poco, y sea posible dejar libres a un creciente número de tortuguitas inmediatamente después de su nacimiento, sin necesidad de llevar a todas ellas a cautividad para intentar incrementar artificialmente su supervivencia", han apuntado desde la Asociación de Naturalistas del Sureste.