La familia de un jornalero que quedó tetrapléjico recibe solo 10 € del millón de la indemnización: "Parece una broma"

Juan Carretero quedó tetrapléjico hace doce años al chocar su vehículo contra una mula.
Juan Carretero quedó tetrapléjico hace doce años al chocar su vehículo contra una mula.
J. E.
Juan Carretero quedó tetrapléjico hace doce años al chocar su vehículo contra una mula.

"Es de película de terror", y de las largas. Así define el abogado Fernando Osuna la historia de Juan Carretero Gil. Este gaditano falleció a los 66 años, en el 2016, a consecuencia de las secuelas que le dejó un accidente que sufrió doce años antes. La fecha del 29 de febrero de 2004 estaba marcada en su memoria, y sigue imborrable en la de su mujer y sus tres hijos. Aquel fatídico domingo, Juan se levantó como cualquier otro; ya por la tarde, salió de su casa de Algodonales (Cádiz) y se dirigió a Huelva para trabajar como jornalero. Era la época de la fresa. Pero en su camino se cruzó una mula que le provocó un accidente por el que pasó casi 500 días en la UCI y tras el que quedaría tetrapléjico toda su vida.

Antes de morir, Juan declaró a 20minutos estar "agobiado, porque esto es muy duro, hay que vivirlo para saber lo que es", además de sentir una "impotencia" que le llevó a intentar quitarse la vida "muchas veces". Y es que, además de las secuelas, tuvo que sufrir las trabas de una Justicia "lenta y caótica". Tanto es así que, de la indemnización de más de un millón de euros que ahora le correponde a su familia y que dictó un juzgado en el año 2009 (800.000 más los intereses), por el momento solo han visto diez euros. Esa es la cuantía que el Juzgado número 3 de Utrera (Sevilla), que lleva la causa, ha podido entregar a la familia. 

La familia, a parte de ver que no ha cobrado la indemnización, está muy mal tanto anímica como económicamente

Josefa (la viuda de Juan) y sus tres hijos están "muy mal, tanto anímica como económicamente", señala su abogado, Fernando Osuna. Ella cobra una pensión de viudedad de entre 300 y 400 euros "o menos" y, de sus hijos, una trabaja como camarera en Asturias y los otros dos tienen empleos esporádicos. Están en una "situación económicamente débil", reafirma el letrado. 

Este periódico habla con él por teléfono y relata cómo fue su reacción a la llamada del juzgado: "¡Váyase usted a freír espárragos, para qué queremos 10 euros! Parece que es una broma de mal gusto, que se estén riendo de nosotros". Y es que los dos condenados, que tenían que haber custodiado al animal que se puso en el camino de Juan, "tienen todo su patrimonio oculto" para que el juzgado no les embargue sus bienes y paguen así la indemnización.

Osuna tiene constancia de que los encargados de la mula "no viven nada mal", motivo por el que no cesa en su empeño y ahora le reclama al juez que "embargue una finca donde estaba la mula, que es del padre de uno de los condenados y que murió hace poco, y esa finca va a ser heredada por el condenado". Pero, asegura el abogado, lo tiene que hacer pronto porque podrían venderla o quitársela de en medio y "con esa finca, que tiene un valor grande, posiblemente se pueda cubrir el crédito o la deuda que tiene el condenado con respecto a Juan y a su familia". "El juzgado no hace nada, no se mueve", lamenta Fernando Osuna, que afirma que "si esto acaba y mis clientes no pueden cobrar porque la finca la hayan vendido o quitado de en medio, le vamos a pedir al Ministerio de Justicia una responsabilidad grandísima".

Cualquier trámite por muy insignificante que sea, tarda un año, ocho meses… y después lo hacen mal

La familia de Juan, por el momento, solo ha conseguido que el Ministerio de Justicia les concediera en 2018 una indemnización de 60.000 euros que pidieron tres años antes por daño moral. Hace dos meses, y con vistas a que el proceso se alargaría por el "retraso sangrante" que hay en la Justicia española, reclamaron otros 20.000 también para paliar los efectos del procedimiento. "En el Juzgado de Utrera no se mueve nada, para cualquier trámite por insignificante que sea, se tarda un año, ocho meses… y después lo hacen mal", dice resignado.

Eso sí, Fernando Osuna no cesará en defender a sus clientes: "Tengo mucha paciencia, soy muy tenaz y mi espíritu y sacrificio no tiene límites. Soy una persona muy persistente, así que, si ellos tienen ese aguante, yo creo que tendré más aguante todavía para conseguir lo que les corresponde", advierte.

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