Qué es 'maskné', el acné asociado a la mascarilla, y como tratarlo para evitar brotes

El uso de la mascarilla está provocando brotes de acné.
El uso de la mascarilla está provocando brotes de acné.
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El uso de la mascarilla está provocando brotes de acné.

Como ya contamos hace unos meses, este año está volviendo loca a nuestra piel. Al principio, durante el confinamiento, pudimos ver cómo empeoraba su estado debido a multiples factores, como la alteración de nuestra rutina, el cambio de alimentación o el estrés, entre otros.

Cuando ya pudimos deshacernos de esos granitos nacidos en cuarentena, comprobamos que el acné vuelve a hacer de las suyas en la zona de la piel que suele estar cubierta por la mascarilla, como el mentón, la mandíbula, las mejillas y la nariz.

Todo tipo de pieles se han visto sorprendidos por este nuevo fenómeno, ya que da igual si tienes la piel seca y nunca has tenido granitos, de repente comienza a aparecer alguna espinilla. Sin embargo, la peor parte se la lleva las pieles grasas, que ven como su piel se llena de brotes de acné que nunca acaban de desaparecer. 

Este hecho se está haciendo tan común y frecuente que incluso ya le han puesto nombre: maskné (de mask + acne, en inglés).

¿Por qué se produce el 'maskné'?

Pero... ¿por qué sucede esto? En la piel sana reside de forma natural una bacteria llamada Cutibacterium acnes, y la alteración del equilibrio de esta ayuda en la aparición de los brotes de acné. Actualmente, nuestra respiración hace que se cree un clima cálido y húmedo debido al uso continuado de la mascarilla, favoreciendo así el aumento de la población bacteriana.

Si ya teníamos un ambiente propicio para la aparición del acné, factores como la suciedad en las mascarillas, el roce continuado de la misma y cosméticos para la piel agresivos terminan siendo el coctel perfecto para la aparición de estos molestos brotes.

Cómo tratar el 'maskné'

Si se trata de un caso severo, lo mejor es acudir a un dermatólogo, ya que son especialistas en este tipo de afecciones y sabrá dar un tratamiento personalizado para cada caso.

Sin embargo, si se trata de casos leves lo mejor es seguir unos "trucos caseros" y una rutina facial específica para atacar a este problema. Lo más importante es mantener una correcta higiene, empezando por lavar o cambiar nuestras mascarillas con frecuencia, usar toallas de microfibra en lugar de las normales para evitar más fricción en nuestra piel, cambiar con asiduidad la funda de la almohada y evitar al máximo tocarnos la cara, y menos ir a explotar los granitos que tengamos. Es difícil, pero hay que ser fuertes.

Una vez tengamos interiorizados estos nuevos hábitos, podemos pasar a la parte cosmética, buscando ingredientes que nos ayuden a tratar el problema y a reparar la piel siguiendo una buena rutina de cuidado facial.

Ingredientes beneficiosos para acabar con el maskné son el ácido salicílico y alfahidroxiácidos (BHA y AHA), niacinamida, aceite de árbol de té (es antibacteriano), arcillas (sobretodo la verde), centella asiática, papaína, pantenol o ceramidas, entre otros.

La limpieza es lo más importante y esta debe ser efectiva, pero no agresiva. Por las mañanas es recomendable un limpiador suave con pH neutro, y por las noches, y más si hemos salido y llevado maquillaje, la doble limpieza será nuestra mejor aliada. Descartando el agua micelar, limpiaremos nuestra piel con un limpiador de base oleosa, para eliminar todo lo posible la suciedad, y luego lo retiraremos con el limpiador que hemos usado por la mañana. 

Para atacar a los granitos es beneficioso un buen exfoliante, pero para que nuestra piel no sufra más ni se propague la infección, es mejor dejar a un lado los clásicos exfoliantes mecánicos y optar por los químicos.

Un gran aliado es el BHA o ácido salicílico, que además se encuentra en muchos tónicos específicos para pieles con tendencia acneíca. El BHA se puede complementar con el AHA o el PHA si se tiene la piel sensible. Sin embargo, antes de introducir estos ácidos en la rutina es muy importante informarse bien de cómo y cuándo aplicarlos. Cabe recordar que siempre que utilicemos ácidos, nos debemos aplicar crema solar en nuestro rostro durante los 7 días posteriores.

De manera puntual también se pueden usar productos específicos para la desaparición de granitos de manera localizada que no solo los seque, sino que los trate.

Después del tratamiento exfoliante y del roce constante de la mascarilla, se podría tener la piel más sensible que de costumbre, por lo que para que no se produzca ninguna descamación y recuperar nuestra piel sana, es necesario cuidarla con productos que contengan ingredientes calmantes que ayuden a hidratar y a la vez reparar. En este paso, los serúms serán de gran ayuda, sobretodo si llevan centella asiática, pantenol, ácido hialurónico, aloe vera, niacinamida, ceramidas...

La protección solar es un paso que no podemos olvidarnos por las mañanas, incluso si no vamos a salir de casa. Es importante aplicarlo también en las zonas que van a estar cubiertas por la mascarilla, ya que estas no protegen la piel al 100% de los rayos solares.

Lo que hará por nuestra piel será protegerla de las manchas que podrían salir debido a la exfoliación y es, además, el mejor producto anti-age, ya que el sol acelera los procesos de envejecimiento de la piel, creando arrugas más profundas y manchas más visibles. Es muy importante usarlo diariamente tanto en invierno como en verano para tener una piel sana.

Finalmente, es mejor evitar el maquillaje en nuestra piel y enfocarnos en el cuidado y reparación de la misma. Sin embargo, en el caso de querer o necesitar llevarlo, lo mejor es optar por BB Creams que además lleven tratamiento en su formulación y sellarla con una fina capa de polvos para intentar prevenir que se traspase y manche la mascarilla.

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