Seguro que si lo piensas crees que Instagram ha estado ahí siempre: la red social es tan parte del día a día de la mayoría de los internautas que parece que nos ha acompañado desde el inicio de los tiempos. Sin embargo, la plataforma cumple hoy su décimo aniversario.
La aplicación por excelencia de los influencers ha sabido jugar bien sus cartas: tiene la friolera de 1.000 millones de usuarios activos al mes y cada día se publican en ella cerca de 100 millones de imágenes y vídeos. Es la responsable de que todos nos creamos un poco fotógrafos, buscando el ángulo ideal y editando nuestras fotos con efectos y filtros para conseguir el selfie perfecto.
Historia de la app
Detrás del proyecto inicial están Kevin Systrom y Mike Krieger. Systrom venía avalado por su carrera en Google, donde había sido jefe de producto en varias de las referencias de la casa, pero era nuevo en esto de montarse una startup. Lo que esta pareja ideó inicialmente no fue exactamente Instagram: era una herramienta de check-ins, tipo Foursquare pero con un elevado componente de gamificación, y fue bautizada como Burbn.
Pero Burbn fue desechada por considerarla demasiado compleja para el usuario. Queriendo aprovechar lo que se había desarrollado, hicieron trizas esta plataforma para encontrar algo con lo que quedarse e iniciar un nuevo proyecto y, finalmente, encontraron en las fotos su idea de negocio. El producto, bautizado ya como Instagram, fue lanzado en App Store el 6 de octubre de 2010, ya que inicialmente fue una aplicación diseñada para iPhone.
Sus posibilidades de edición de fotografías conquistaron al público desde el minuto cero y nos hicieron sentir creativos y artistas de alguna manera, si bien muchos fotógrafos profesionales han denostado y con razón estos aires de fotoperiodista que invadieron el mundo por culpa de los filtros de Instagram.
Por sorprendente que pueda parecer, los hashtags no formaron parte de la idiosincrasia de la aplicación desde el inicio: se añadieron en enero de 2011 y el objetivo era, lógicamente, facilitar a los usuarios a descubrir las imágenes que los demás usuarios compartían sobre un mismo tema.
La popularidad de la nueva red social, mucho más fresca y con un toque diferente, creció como la espuma y en marzo de 2012, en apenas un año y medio, contaba con cerca de 30 millones de usuarios registrados. Poco después, el 3 de abril de 2012, se lanzó la versión para Android y quedó de nuevo patente que Instagram era un diamante en bruto: consiguió más de un millón de descargas en menos de 24 horas.
Fue entonces cuando Mark Zuckerberg llamó a la puerta: el 9 de abril de 2012 se anunció que Facebook había adquirido la compañía y a sus doce empleados por mil millones de dólares -cifra no tan descabellada si piensas que a WhatsApp la compró por cerca de 22.000 millones de dólares-.
Nuevas funciones, viejas inspiraciones
Como casi todas las demás redes sociales exitosas, Instagram ha ido implementando mejoras a lo largo de sus diez años de vida, pero siempre siendo fieles al core de su funcionalidad: mostrar el mundo a través de un objetivo y hacerlo con un toque un poco retro, ya que una característica distintiva de la aplicación desde sus inicios es que da una forma cuadrada a las fotografías en honor a la Kodak Instamatic y las cámaras Polaroid -aunque ahora el formato también pueda modificarse-.
En diciembre de 2013, Instagram anunció Instagram Direct, algo así como una WhatsApp propio. Esta función de mensajería instantánea permite a los usuarios interactuar a través de mensajes privados y enviar por este canal fotos y vídeos, en contraste con el requisito de solo público que había anteriormente. Está claro que son muchos los candidatos a haber dado la inspiración para esta mejora.
Pero si hay una funcionalidad que ha triunfado en la plataforma por encima de todas, esa es las Stories, una idea copiada de Snapchat que Facebook ha sabido vender muy bien. Las Stories son publicaciones independientes al feed normal de tu perfil que te permiten subir fotos y vídeos -a los que puedes aplicar todo tipo de efectos, añadir stickers e incluso mejorar con realidad aumentada- durante 24 horas. La función fue añadida a Instagram en agosto de 2016 y en la actualidad más de 300 millones de personas la utilizan diariamente.
Pero Instagram no solo implementó las Stories como publicación vertical: IGTV es una aplicación de vídeo vertical lanzada por Instagram en junio de 2018 que también se integra dentro de la app original y su web. Permite publicar vídeos de hasta 10 minutos de duración -60 minutos si eres un usuario verificado- y la idea es ser algo así como un canal de streaming. Ya sabemos que no hay nada sin inventar, así que los trazos de esta función nos podrían recordar a Periscope.
La última incorporación a la ‘familia IG’ ha sido Reels, una nueva función de vídeos cortos que nos recuerda demasiado al exitoso TikTok. Aprovechando las dificultades que vive la red social china en Estados Unidos, Instagram parece que quiere recoger a todos esos usuarios, especialmente los más jóvenes, y llevarlos a su terreno.
La red de los filtros y los influencers
Independientemente de las ideas y mejoras que haya ido incorporando y de dónde haya venido la inspiración para estas, no hay que perder de vista que Instagram es la responsable de que todas las redes sociales añadieran a su función de publicación de imágenes filtros y elementos de edición.
Además, la plataforma es la casa natal de la figura de los influencers, esa nueva tribu -cada vez más engrosada- que se distingue por lograr siempre la perfección en las fotos y por llevar el mejor outfit, compartir el mejor y más delicioso plato o mostrar los paisajes más impresionantes.
Con unos mil millones de usuarios activos mensuales en enero de 2020, Instagram es actualmente la sexta red social más utilizada a nivel mundial, según datos de DataReportal, y eso desde luego es motivo para celebrar sus primeros diez años de andanzas.
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